“Hoy da miedo hacer una película”: Stephen Frears

Su nombre empezó a sonar en 1988, cuando estrenó Relaciones peligrosas, un filme que obtuvo una nominación al Óscar como mejor película. Su historia ambientada en el siglo XVIII pinta a una nobleza francesa perversa e intrigante. Otras de sus cintas –y él como director– aspiraron también a la estatuilla en diferentes ocasiones: Los estafadores (1990), The Queen (2006) y Philomena (2013). Stephen Frears es uno de los invitados más importantes al Hay Festival, donde participará en un conversatorio el 30 de enero en Cartagena, a las nueve de la noche, en el teatro Adolfo Mejía.

SEMANA: Usted comenzó en la televisión y luego pasó al cine. Hoy lo usual es que los directores hagan el camino contrario…

STEPHEN FREARS: No en el caso de la televisión británica, que siempre se caracterizó por muy buenos guiones. En el caso de la televisión estadounidense, actualmente tiene estupendas historias y, sin duda, se volvió más interesante que el cine.

SEMANA: ¿Usted también es de los que creen que el cine cambió mucho?

S.F.: Sí, en los últimos 30 años hubo, especialmente, grandes cambios técnicos. Pero el más grande de todos es la presión que existe ahora: hoy da miedo hacer una película, pues las inversiones son grandes y nadie quiere equivocarse.

SEMANA: ¿Por eso usted le apuesta a las películas de bajo presupuesto?

S.F.: Yo intento trabajar con bajos presupuestos, pero si me dan mucha plata también lo hago. Para mí lo importante es cumplir las expectativas del público.

SEMANA: Con los nuevos formatos que surgieron, ¿hacia dónde va el cine?

S.F.: Cada vez todo tendrá que ver más con la economía. Uno sabe que la audiencia quiere películas norteamericanas de superhéroes o como Star Wars. Y esto significa que a los contenidos más modestos les será difícil competir con ellas.

SEMANA: El cine británico ha atravesado por grandes momentos, pero no ha sido del todo regular en su producción. ¿Por qué?

S.F.: Porque no tenemos una gran audiencia, lo que sí tiene el cine estadounidense. A la gente en el Reino Unido le gusta más esos filmes. Una película británica exitosa es más bien un accidente.

SEMANA: Sus películas siempre se caracterizaron por tener una mirada muy crítica. ¿Por qué?

S.F.: El Reino Unido es un país muy conservador. Y a muchos nos gustaría que fuera una sociedad más abierta, que la política cambie, que las cosas cambien. Y eso es lo que yo expreso en mis películas.

SEMANA: ¿Eso tal vez explica el éxito de la comedia británica?

S.F.: La comedia británica siempre ha gustado. Y, sí, tal vez es porque el Reino Unido es una sociedad muy conservadora que tiene cosas ridículas que dan lugar para buenas comedias. Tener un buen sentido del humor ayuda mucho si usted es inglés. Y nadie como los Monty Python (un famoso grupo de humoristas) representó mejor a los británicos de los años sesenta y setenta.

SEMANA: Usted hizo comedia, como ‘Alta fidelidad’, pero se le conoce más por otros géneros. Tiene fama de ser un director polifacético…

S.F.: Me formé para ser un director completo, como los de la vieja escuela norteamericana (como Billy Wilder o John Ford), que hacían películas de cualquier temática.

SEMANA: En ‘Philomena’ (2013) denunció algunas adopciones arbitrarias de la Iglesia católica. Le gusta poner el dedo en la llaga…

S.F.: Las denuncias aparecen en el cine europeo, estadounidense y latinoamericano. Es una forma efectiva de que la gente se vea a sí misma y a su sociedad.

SEMANA: Y después salta y hace ‘The Program’, sobre Lance Armstrong…

S.F.: Cuando usted hace una película se interesa por temas que le van a llamar la atención a alguien más. Armstrong tuvo gran éxito, mucho reconocimiento y admiradores, pero luego descubrimos que era un deshonesto…esa es una gran historia.

SEMANA: ¿Eso es lo más importante para un realizador?

S.F.: Sí, siempre va a ser importante encontrar una buena historia.

SEMANA: No llegan muchas películas británicas a Colombia. ¿Por qué?

S.F.: Porque a ustedes, como a todo el mundo, les gustan más las películas estadounidenses.