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Pintar mandalas es considerado como una herramienta para balancear el cerebro. | Foto: Tomado de Facebook

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Mandalas, la forma de meditación que mueve millones en Colombia

Los libros para colorear estas figuras que nacieron en el Tíbet se han tomado los estantes de las principales librerías nacionales. Sus compradores buscan armonía y momentos de evasión en el estrés cotidiano.

15 de junio de 2017

Por: Paula Cañón

Los mandalas generan una conexión tan profunda con la persona que los colorea que son capaces de aliviar significativamente las cargas de estrés. Eso cuenta Leonor Guzmán, quien luego de su visita a la Feria del Libro de Bogotá conoció este tipo de libros y ahora siempre lleva uno a donde sea que vaya. “Son muy entretenidos y propician un momento de tranquilidad en medio del estrés constante del trabajo”.

Estas figuras son elaboradas con base en círculos y formas simétricas que se conectan para formar otras estructuras. Antes eran solo eran vistos como imágenes para que los niños las colorearan. Ahora cautivan a jóvenes y adultos que buscan un pasatiempo y al mismo tiempo una forma acercarse a la meditación en Colombia.

La industria de los mándalas llegó a su pico en 2015 y desde entonces ha mantenido su auge. Los libros para colorear han logrado recolectar cerca de mil millones de pesos en Colombia. Una caja de madera bien tallada, que lleva los colores y el libro adentro puede venderse hasta por cien mil pesos.

La palabra mandala proviene del sánscrito y se puede definir como “circulo sagrado”. Estas figuras hacen parte de una modalidad de diagramas mágicos que tuvieron origen en las tierras místicas de la India y Tíbet. Desde el otro lado del mundo, los mandalas llegaron a Colombia englobados en el concepto de la armonía.

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Una de las primeras en traerlos al país fue Andrea Agudelo. Su trabajo comenzó luego de una experiencia reveladora que vivió en uno de sus viajes a Turquía, el lugar que se convirtió en la inspiración de su primer libro. Para el segundo, se conectó con los paisajes que encontró en Tailandia, perfectos para ilustrar sus mandalas.

“La venta de libros para colorear se mantiene constante, y los libros de mandalas de Andrea Agudelo están entre los más vendidos de este tema que sigue de moda”, comenta Felipe Ossa, gerente de la Librería Nacional. Durante el 2017, varias librerías se han lanzado al ruedo con los libros para colorear.

Entre los más solicitados de la Librería Nacional, por ejemplo, están ‘Un año iluminado‘ de Patricia López; ‘Orquídeas del perdón y flor del perdón‘, de Andrés Ossa, y ‘Dios hizo el color‘, de Viviana Puentes, que ha vendido más de cuatro mil ejemplares.

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Otro de los referentes en el país es el libro ‘Mandalas para el Alma‘, de Andrea Agudelo, que permite revelar la conexión entre los chacras de cada persona y los colores, explica su autora. Según la psicología del color, inclinarnos por pintar un mandala de cierto tono nos revela qué parte de nuestro ser interno estamos balanceando. “Puede ser meditación consciente cuando eliges el color que quieres trabajar, o inconsciente, que es simplemente empezar a colorear para ver qué está expresando tu alma desde adentro”, comenta Agudelo.

Científicamente, pintar mandalas genera una conexión con la glándula pineal y hace trabajar conjuntamente los hemisferios izquierdo y derecho de nuestro cerebro, lo que contribuye a encontrar el equilibrio personal.

Pintar mandalas es considerado como una herramienta para balancear el cerebro porque ilumina distintas partes de nuestro ser para sacar la sabiduría que está allí, inconscientemente. Para Andrea Agudelo, “los mandalas permiten encontrarse con lo más profundo de nuestro ser. Colorearlos es tener una meditación activa en la que encontramos calma, armonía y paz”.