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JAZZ DEL MUNDO

El estilo del Julien Lourau Groove Gang es el claro ejemplo del sonido de fusión en el que se ha <BR>enmarcado la música de fin de siglo.

21 de junio de 1999

Fusión es la palabra que con mayor certeza puede definir lo que ha sido la música en la
última década de este siglo. Y si bien no es una cuestión gestada en esta época su evidencia ha sido notable
en estos años. En Colombia, por ejemplo, basta con remitirnos al caso de Carlos Vives, quien logró una
amalgama particular entre el vallenato y las fórmulas de la música pop-rock. En el campo del rock
norteamericano las coaliciones entre el rock, el rap, el funk, el soul y sus distintos derivados marcó uno de
los frentes fuertes del que se llamó rock alternativo. En Europa, por su parte, todos estos elementos se
unieron también a una constante penetración de sonidos celtas y orientales que han alcanzado incluso a
géneros musicales recientes como el drum and bass, el jungle o el trip hop. En cambio el jazz, que siempre
ha gozado de un innegable eclecticismo y carácter global, retornó en estos tiempos a sus formas más
naturales sin que esto signifique que su permeabilidad a la fusión se haya hecho a un lado. La prueba
está en trabajos como el del francés Julien Lourau y su proyecto Groove Gang, un ensamble de 10 músicos
que un mes atrás hizo una presentación en Colombia y que pronto estará disponible en el mercado
discográfico con su disco City Boom Boom. El Groove Gang logra una fusión musical dirigida hacia muchos
frentes que finalmente impide ubicarlos en un género específico. No resulta extraño que Julien Lourau
logre estas combinaciones ya que en sus inicios como músico escuchaba por igual las estridencias del
hard-rock y a saxofonistas legendarios como John Coltrane y Sidney Bechet. Sus aficiones
posteriores se encaminaron hacia otro mundo musical de fusión, como fue el jazz rock de Miles Davis, y
luego, bajo la influencia de saxofonistas del jazz moderno, como Michael Brecker y Joe Lovano, se inició
en ese instrumento para involucrarse luego en la escena del jazz francés de los 80, acompañando a
distintos músicos y proyectos hasta la fundación de su Groove Gang en 1992. Tres años después
grabaron su primer álbum para el sello independiente Label Bleu y el año anterior, apoyados por la división
de jazz de Warner Music Francia, grabaron su primer trabajo de proyección internacional, City Boom Boom,
un disco absolutamente impredecible y capaz de ahondar en matices bien variados. Si bien el disco abre
con un jazz bastante convencional titulado Agua, lentamente se va perdiendo en híbridos fascinantes
como Paris Chavirée, un encuentro de hip-hop, algo de funk y un aire oriental. En medio de descargas,
mucha percusión latina y vientos sobre una base funk se debate Spring Roll, mientras que Slow Motion
es capaz de deslizarse por un soul suave infectado de ambientes distintos con cierta carga oriental. Y en
esa capacidad de asociación no es menos lo que hace Voodo Dance con sus cadencias caribeñas
cruzadas en un funk experimental que ejemplifica ciento por ciento lo que es este jazz rebelde que
simplemente refleja la capacidad de globalización a la que ha llegado la música.
Regresa UB40 Este miErcoles 26 de mayo la agrupación británica de reggae UB40 volverá a tocar en vivo en
Colombia, esta vez en la Plaza de Toros de Santamaría en Bogotá. La banda, que se consagró gracias a
su manera especial de interpretar el sonido reggae, ha vendido alrededor de 30 millones de copias a lo largo
de su historia de más de 20 años y ha llevado más de una docena de canciones al top 40 de las listas
inglesas y otro tanto a las norteamericanas, inmortalizando en su estilo temas como Red Red Wine, Can't
Help Falling In Love y The Way You Do, The Things You Do. UB40 se formó en Birmingham, ciudad
industrial inglesa que desde los años 60 sintió profundamente la influencia musical de los sonidos
caribeños y que en medio de la explosión del movimiento new wave de finales de los 70 vio la aparición de
bandas que, como UB40, se apropiaron del reggae como medio de expresión musical. Dentro de ese
contexto UB40 se convirtió en pionero de un formato musical que mezclaba las síncopas de un reggae
melódico, unos vocales suaves y sonido de saxo, en medio del dub, una forma de reverberar los golpes de la
percusión, que se tradujo en una especie de reggae relajado y atmosférico. En 1983 la banda ganó
reputación a nivel internacional con el álbum Labour Of Love, en el que interpretó a su manera algunas
grabaciones clásicas del reggae, experiencia que ha repetido con los volúmenes II, de 1990, y III,
publicado el pasado mes de marzo. Su álbum más exitoso ha sido Promises and Lies, de 1993, en el que
logró el equilibrio perfecto de su propuesta musical. Aunque en 1997 regresó a sus raíces con Guns In The
Ghetto, UB40 no ha vuelto a tener suceso en las listas aunque su reputación sigue intacta. El próximo 4 de
junio abren en New Jersey una nueva gira norteamericana, pero antes traerán su ritmo y sabor reggae a
Bogotá.