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Jeff Jarvis.

PERIODISMO

“Necesitaremos 150 años para saber qué hará internet con el periodismo”

Entrevista con el emprendedor periodístico Jeff Jarvis, un hombre que ve el oficio como un negocio pero muy distinto al que ahora conocemos.

30 de septiembre de 2015

Jeff Jarvis es un hombre muy alto. El dato puede parecer una nimiedad si no fuera porque dice medir “6 pies con 4 pulgadas”. En centímetros, eso representa la bicoca de 1,93 m.

Y eso significa que no solo sobresalga donde esté, sino también que piense de acuerdo a su altura. Por un lado, gracias a su experiencia como profesor de la City University de Nueva York o director del Tow Knight Center para el emprendimiento periodístico, o por ser creador de un medio tan prestigioso como Entertainment Weekly en Estados Unidos. Y por otro, porque sus ideas tienen vuelo y hablan de negocios, de hacer dinero, de cambiar el modelo, de reinventar el periodismo y de modificar la forma en que se miden las audiencias.

Jeff Jarvis –cuyo trabajo se centra en la búsqueda de nuevos modelos de negocio para los medios– cree que tanto la publicidad como la manera en que ha sido concebido el periodismo hasta hoy morirán y que es necesario buscar nuevos horizontes si se quiere sobrevivir.

“La imprenta nació en 1440 y se necesitaron 150 años para que se publicaran los primeros periódicos y se definiera el rumbo que le daría la imprenta al mundo. Internet acaba de nacer y quizás necesitaremos 150 años antes de saber qué ocurrirá con el periodismo del futuro”.

Pero no hay que esperar tan lejos, según Jarvis, para ver una tendencia y un modelo de negocio. “La publicidad tradicional está muriendo como tal y el periodismo de los medios masivos sigue apostándole a llegar a la gente vendiendo ‘escasez’, en vez de valores. La escasez, entendida como algo que no se tiene y se quiere tener. Internet trajo consigo la época de la abundancia. Hay que vender entonces valores, buscar una conexión con la comunidad, transformarla e impactar en ella”.

Pero hay más, por supuesto. Entre ello, pensar en las nuevas oportunidades que surgirán y en las nuevas opciones laborales que vendrán. En su universidad, en Nueva York, se creará un programa para preparar a los periodistas hispanos bilingües en Estados Unidos. Él mismo decidió aprender español hace dos meses, decidido a ampliar sus horizontes, pero también convencido de que podrá así acercarse mejor a los 45 millones de personas que a pesar de vivir en el país del norte usan el español como primera lengua.

“El periodismo social, el emprendimiento periodístico, el análisis de datos, entre otros, son nuevos espacios que se abren. También está comenzando a cambiar el hecho de que los medios masivos se concentren solamente en las formas en que producimos el periodismo. Ahora tenemos que concentrarnos más bien en el valor que les aportamos a las comunidades para mejorar sus vidas y en el aporte que les hacemos a las personas. Los nuevos medios, todos, sirven para ello: debemos interconectarlos y usarlos para acercarnos a las comunidades, para inquirir con ellas qué quieren, qué necesitan y ahí sí hacer periodismo”, insiste Jarvis.

Pero lo más importante para los medios es, por supuesto, su rentabilidad. ¿Es esto rentable? “En un momento dado la impresión se convertirá en algo insostenible. Debemos llegar a ser plenamente sostenibles –es decir, rentables– en digital (web y móvil o lo que venga luego) para que la impresión se convierta en algo opcional. Si se llega el día en que la impresión ya no es sostenible y que todavía no se han convertido lo digital en algo sostenible, entonces moriremos”, recalca el autor del blog BuzzMachine.

En resumen, es hora de comprender que el negocio del periodismo es un negocio rentable, pero a la vez social. “Los periodistas deben tener más control sobre el periodismo que hacen y su destino. Si seguimos pensando que el negocio es difícil, no vamos a aprender; no vamos a tomar las riendas. Y si seguimos haciendo mercadeo masivo y medios de comunicación masivos, seguiremos tratando a las personas como a una multitud sin rostro. No somos masas. Somos individuos y comunidades”.