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JUEGOS Y GESTOS

Grupo suizo de mimos en gira por Colombia, recupera las posibilidades teatrales de la expresión colporal.

27 de septiembre de 1982

La Linterna Mágica, el Teatro Negro de Praga y los Mummenschanz conforman los tres grupos de mimos de más alta categoría en el mundo actualmente. Dos de ellos han coincidido en venir casi simultáneamente a Colombia: el Teatro Negro de Praga que concluyó la pasada semana su ciclo de presentaciones en el Teatro Nacional y los Mummenschanz que harán, a partir del 1o. de septiembre, una gira que incluye los teatros Jorge Eliécer Gaitán y Nacional de Bogotá y el Teatro Pablo Tobón Uribe de Medellín.
A diferencia del Teatro Negro, que proviene de un país socialista del oriente europeo, los Mummenschanz se originaron en Suiza y en su historia de más de diez años ha tenido miembros de Italia, Méjico y del país de los Alpes. - Los mimos fueron considerados por muchos siglos como actores menores más próximos al tipo de diversión ligera de los clowns, hasta cuando el francés Marcel Marceau elevó el género a la categoría que tuvo en sus comienzos griegos como una expresión de altas posibilidades plásticas y dramáticas. Los Mummenschanz constituyen, sin duda, una prolongación de ese prestigio recobrado por los mimos de representar una de las formas más depuradas del teatro corporal. Extenuados tal vez de la banalidad retórica de un teatro que centró su atención en los contenidos verbales antes que en las posibilidades de la expresión física, la dramatización mímica ha ido adquiriendo un gran interés entre las gentes de teatro.
Hace cinco años, cuando los Mumms hicieron su debut en el Bijou Teatre en Broadway, la acogida de los medios especializados en artes escénicas fue abrumadora.
Aunque el grupo cuenta con una trayectoria mucho más amplia en Europa, fue sólo desde su actuación en la gran vía blanca del arte neoyorquino en 1977 cuando su calidad y estilo novedoso empezaron a imponerse en el mundo teatral.
Los Mummenschanz, dirigidos por Arthur Shafman, plantean insistentemente la ausencia de contenidos extraescénicos en sus obras. "El juego de máscaras puede ser un arma, una protección, una superchería, una provocación, una fuga. Para nosotros se trata simplemente de un juego" dice uno de los miembros del elenco. La expresión Mummenschanz corresponde a las voces del medioevo mummen, juego de dados y schanz, azar.
Era el nombre de la máscara que usaban los jugadores de dados para ocultar las emociones de su rostro.
Más tarde, la expresión llegó a ser sinónimo de suerte en el juego. Para los Mummenschanz, aunque reticentes a cualquier vinculación ideológica de su arte, la intención de sus obras responde a una visión cuando menos irónica y sentenciosa de la vida.
Valentín González B. -