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LA BIZNIETA DEL CINE

ENTREVISTA MARIE HELENE MELIES

16 de diciembre de 1985

Marie Helene Meliés perdió su acostumbrada simpatía y no pudo leer los textos de su bisabuelo mientras improvisaba una melodía en piano y se proyectaban las primeras películas de ficción en la, Cinemateca Subterráneo de Medellín. Coincidencialmente llegó a Bogotá ese negro 6 de noviembre desde París traía en la maleta 54 películas del genio que se inventó el trucaje y la mayoría de efectos del cine moderno, su bisabuelo-Cearges Meliés. -Ni el corazón del país ni el de Madame Meliés se habían despedazado y por eso fue posible entrevistarla en su breve escala en el aeropuerto, Eldorado y descubrir la descendiente del hombre que descubrió el arte del siglo XX, tan simpática como su bisabuelo.
SEMANA: Qué recuerdos tiene de su bisabuelo?
MARIE HELENE MELIES: Muchos franceses tienen fotos de sus bisabuelos, algunos retratos en lápiz y óleo, y otros sólo el recuerdo de sus padres; pero yo desde muy pequeña veo moverse a mi bisabuelo. Desde que tengo memoria, mi familia funcionaba alrededor de Meliés, no había otro téma: Meliés, Meliés, Meliés todo el tiempo. Mis parientes estaban dedicados a mostrar sus películas y siempre que ibamos a visitarlos era para ver a nuestro bisabuelo; para los niños de nuestra generación era rutinario oir hablar de Meliés.
S.: Francia y el mundo se olvidaron de Meliés en sus últimos momentos; ¿cuándo...
M.H.M.: No sólo Francia, todos nos olvidamos de Meliés y él estuvo a punto de morir sin que nadie se diera cuenta de quién era. El quebró durante la Primera Guerra Mundial; un poco antes había perdido su fortuna y seguia trabajando con su hijo, su hija y su sobrino, los cuatro eran cantantes de ópera y formaron una pequeña compañia; Meliés hacía los decorados y la dirección, pero después cada uno se fue a cantar por su lado. Meliés quedó solito y bastante viejo, porque el cine había comenzado cuando él tenia cuarenta años. Un periodista lo reconoció en una estación de tren cuando ya había vendido todo lo que le quedaba de sus decorados y había quemado los negativos de sus películas que no pudo revelar. Desde que se publicó la entrevista, un poco antes de terminar la Segunda Guerra, ese periodista, mi tía y mi prima, comenzaron a mover la gente y a decirle que antes de ellos también existió gente importante. Los dos últimos años de mi bisabuelo, entre 1936 y 1938, fueron de reconocimiento, era siempre el invitado de honor al teatro Robert Houdin, donde hizo sus películas y todo mundo lo respetaba.
S: ¿Quién cree usted que fue Meliés?
M.H.M.: Mi familia siempre decia que era un hombre maravilloso, fantástico, ¡qué sé yo! Nuestra generación no sabía exactamente quién era Meliés, para nosotros era diferente porque a través de sus películas podíamos hacernos una idea de cuáles eran sus fantasmas, su manera de moverse, de reírse, pero no sabemos cómo era su carácter, porque lo que hicieron sus parientes más cercanos fue subirlo a un pedestal.
S.: ¿Cómo funcionaba esa primera industria del cine de ficción?
M.H.M.: Antes de Meliés están únicamente los hermanos Lumiere.
Ellos hacían documentales, pero en ficción él empezó solito, por muy poco tiempo, los otros cineastas aparecieron muy rápido. Primero, Meliés quiso que durante sus películas un pianista improvisara melodías, pero todas éstas eran programadas inicialmente para el teatro Robert Houdin, donde hacía espectáculos de ilusionismo; para él el cine era un nuevo espectáculo de magia. Cuando aparecieron los otros productores, Melies comenzó a vender copias de sus películas a las ferias, con la película incluía un texto que el presentador podía cambiar o simplemente no utilizarlo. De esta forma su cine se expandió por todo el mundo.
S.: ¿Cómo ha sido la recuperación del cine de Meliés?
M.H.M.: Existen pruebas de que hizo 503 películas, entre 1896 y 1912; sin embargo, la Fundación únicamente tiene 142. Nos ha tocado viajar mucho para poder conseguirlas porque él vendía las películas al metro y la mayoría de copias quedaron en manos de la gente que trabajo en las ferias y en los circos. Con ellos conseguimos una buéna parte de la-colección. Pero el cine de Meliés está; en todos los lugares. Cuando fuimos a proyectar a México, en sólo dos semanas encontramos cuatro películas que no teníamos y lo mismo nos ha pasado en otros paises.
S.: ¿Cómo así que los colombianos van a poder ver obras de Meliés en colores?
M.H.M.: Ese trabajo se hizo con la dirección mía y de la Fundación. Fue muy dispendio$o, sobre todo el estudio de los colores y finalmente la coloreada, el equipo lo integramos con ochenta niños que estudiaban artes en París; para una sola película tardamos cuatro meses, mezclando anilinas y en ocasiones, pintando hasta con siete colores cada fotograma. Es difícil que lo volvamos a hacer con otra película. --
Ignacio Gómez.-