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LA DERROTA DEL AMOR

Jorge Valencia equipara el amor, el olvido y la muerte, en su reciente libro de poemas.

8 de junio de 1992

AL QUE ANDA entre los entre los libros, algo se le pega. Ya Jorge Valencia Jaramillo, el quijote de Pluma, el presidente honorario de la Cámara Colombiana del Libro, y el creador de la Feria del Libro, se le pegó. Por eso no es de extrañar que acabe de publicar suprimeraobra. Lo extraño es que no la hubiera publicado antes.
Llevaba 25 años amasando unos poemas sobre el amor y el olvido. Pero no eran más que hojas sueltas que estuvieron pasando de un lado al otro de su escritorio, hasta que decidió mirarlos por última vez, antecederlos de un ensayo, y reunirlos con el nombre de "El corazón derrotado" (Editorial Planeta, 1992)
Cualquiera diría que Valencia es un derrotado en cuestiones del corazón. Pero él se encarga de demostrar que no es su corazón el que ha sufrido una serie interminable de sinsabores, sino el corazón de todos los hombres. En otras palabras, da a entender que el amor es una falacia que, si llega a existir, sólo vive un instante. Después viene el olvido, y con él la muerte verdadera, que no es la misma muerte física. No obstante esta visión, que podría parecer pesimista, Valencia asegura en verso que "cuando hay amor hay dolor "cuando no hay amor más dolor".
En "El corazón derrotado" queda expuesto lo irónico, lo estúpido, lo desconcertante, lo temible y lo insondable del amor. Lo irónico: "Yo estoy muerto, completamente muerto desde el primer beso que te di".Lo estúpido: "es tu ausencia"sí, tu asencia que me está matando aunque tu amor sea el mismo infierno vuelve". Lo desconcertante: "Me preguntas que por qué te quiero si algún día lo supiera dejaría de quererte". Lo temible: "Existe una mujer existe un hombre que sufre no existe más". Lo insondable: "Nadie es perfecto ni siquiera Dios: te hizo a ti".
Si el amor es así, como lo ve Jorge Valencia Jaramillo, y si la culpable de este sentimiento de esta derrotaes la mujer, se explica por qué en otro de sus poemas asegura lo siguiente: "¿Mujeres? prefiero otra copa de vino y aquella hermosa, hermosísima canción sobre la muerte".