Home

Cultura

Artículo

LA "FRANJA" Y LA TELEVISION

Nueva encuesta demuestra que los resultados de Gómez y de Navarro en las pasadas elecciones pueden ser atribuibles al impacto de la televisión en el voto de opinión.

6 de agosto de 1990

Las pasadas elecciones presidenciales fueron las primeras en la historia política del país en las que el poderoso medio de la televisión entró a reemplazar los tradicionales metodos proselitistas. Y no precisamente como resultado de un proceso por el cual la TV ganara espacio en el escarpado terreno de la política nacional. La violencia desatada en todas sus formas, empujó a los candidatos fuera de las plazas públicas hacia la pantalla obligando al gobierno a ceder el medio como tabla de salvamento del proceso electoral. Así, a la fuerza, el país entró al mundo de la política electoral televisada que impera en la mayoría de los países del mundo.
Una encuesta financiada por la programadora de televisión RTI y la agencia de publicidad Arte & Cia y realizada por la firma de consultoría Opinión Pública, midió el impacto que tuvo este medio masivo, presente por primera vez en la elección del presidente de la República. Si bien la televisión había estado presente en pasadas contiendas electorales, la encuesta demuestra cómo, por primera vez, la TV sumada al tarjetón, hizo posible que el llamado voto independiente, pudiera realmente elegir según sus preferencias en la medida en que la televisión le puso sobre la mesa todas las opciones y el tarjetón le permitió depositar el voto sin intermediarios. El voto de opinión, fue un factor decisivo en la pasada contienda electoral y es precisamente el más susceptible a ser afectado por el mensaje directo del medio televisado.
Los resultados electorales dieron a conocer, para sorpresa de muchos, la irrupción en la vida nacional de dos nuevas fuerzas políticas el M-19 que a los cuarenta días de entregar las armas consiguió cerca de 800 mil votos y el movimiento de Salvación Nacional que liderado por Alvaro Gómez salió practicamente de la nada y puso la segunda votación. César Gaviria que esperaba ser ungido por un caudal parecido al obtenido en 11 de marzo, fue elegido sin la mayoría proyectada. Influyó la televisión en esos resultados?
Según los politólogos esta vez, como nunca antes, la llamada Franja movió el péndulo electoral. La encuesta realizada en dos etapas - del 5 al 7 y del 24 al 27 de mayo- muestra una movilidad en la intención de voto que pone en evidencia la existencia de electores independientes de todas las tendencias: liberales que votaron por Alvaro Gómez (del 4% al 8% entre la primera y la segunda encuesta) y por Navarro (del 2% al 3%); conservadores que votaron por Gaviria (del 9% al 12%), por Lloreda ( del 2% al 8%) y por Navarro (del 0% al 9%). La disciplina partidista de los partidos tradicionales tuvo rendijas que favorecieron especialmente a Navarro. La izquierda también demostró tener en sus huestes espíritus independientes que si bien el 27 de marzo dieron todo su apoyo a Navarro, en la primera encuesta estaban dispuestos a entregar un 6% a Gaviria y un 5% a Gómez. Los independientes propiamente dichos cambiaron su intención de voto entre la primera y la segunda encuesta por Gaviria de un 27% a un 13%, por Gómez de un 26% a un 51%, por Lloreda de un 9% a un 10% y por Navarro de un 8% a un 20%.

Vistas así las cosas, entre el 7 y el 27 de mayo se produjo un cambio considerable en la decisión de voto de los electores. ¿Cómo se comportó frente a la televisión esa porción de electores que cambió de opinión a la hora de girar el tarjetón?
Los candidatos aprovecharon la opción de la televisión en tres modalidades: intervenciones cedidas por el gobierno en horarios que decidió la suerte; cuñas realizadas por las campañas y emitidas a discreción de Inravisión en sus "brakes" y una rueda de prensa emitida en directo para cada uno en su cierre de campaña. En el conjunto de la encuesta la gente fue bastante televidente. El 83% de los encuestados vio las intervenciones, el 86% las cuñas, y un promedio de 22% las ruedas de prensa.

Si bien los que dijeron pertenecer a los partidos tradicionales mantuvieron la tendencia de ver las intervenciones de su candidato, los independientes y apolíticos reseñados en la encuesta y que consideramos conforman el grueso de la franja, repartieron con bastante equidad su interés en las intervenciones de todos los candidatos y fueron del conjunto de los encuestados los más televidentes.

Aunque repartieron su interés entre todos los opcionados es llamativo ver cómo los independientes que vieron el 44% de las intervenciones de Gómez y el 34% de las de Navarro en la primera encuesta, pasaron a verlas el 72% y el 60% respectivamente en la segunda. Paralelamente su intención de voto pasó del 26% al 51% en el caso de Alvaro Gómez y del 8% al 20% en el caso de Navarro. Los apolíticos vieron más las intervenciones de Gaviria y de Gómez y a la hora del conteo sus votos fueron a apoyar a estos dos candidatos. La izquierda se mantuvo fiel a las intervenciones de Navarro (el 82%) y votó en consecuencia.

En general, de la encuesta se deduce que los dos "fenómenos" de las elecciones (Gómez y Navarro) fueron los que más "mordieron" de todas las tendencias políticas (Ver cuadro) y bien sea por la curiosidad sobre la novedad de sus recien nacidas campañas o por un interés específico, fueron en el conjunto los que más vieron por televisión los encuestados de todas las filiaciones.

Con los comerciales las campañas desplegaron sus mejores esfuerzos creativos para en un corto tiempo llegar con un mensaje certero. Inravisión se encargó de emitirlas en sus tiempos entre programas. Aunque se dio una ligera superioridad en el número de cuñas de Gaviria (110), -Gómez (102), Lloreda (97) y Navarro (103) -, el 86% de los encuestados vio cuñas de los candidatos mostrando cierto hábito partidista. Los liberales veían las de Gaviria, los conservadores las de Gómez, los social-conservadores las de Lloreda y la izquierda las de Navarro. Nuevamente los independientes fueron no sólo los más televidentes sino los que más se repartieron como audiencia entre todos los candidatos -un promedio del 70% de presencia en las cuñas de los cuatro aspirantes a la presidencia- mostrando preferencia por los de Alvaro Gómez y los de Antonio Navarro, seguidos por Lloreda. Esta preferencia quedó establecida en la forma en que éstos votaron.
Sin embargo, el número de cuñas emitidas no necesariamente implicó una mayor influencia en la decisión de los electores. El impacto real de los candidatos en las casas colombianas estuvo determinado por los horarios en que las cuñas fueron emitidas y por la calidad del comercial. Un análisis de GRP,s ( total de cuñas de cada candidato por total de ratings de los programas en las que fueron emitidas) demuestra una considerable superioridad de Gaviria (3.483 GRP,s) sobre 2.519 de Alvaro Gómez y 2.336 de Lloreda. A pesar de que el de menor alcance en GRP,s fue el de Navarro con 2.140 , su cuña fue la de mayor recordación con lo cual los creativos de su comercial pueden reclamar su pedazo de triunfo en los 800 mil votos que alcanzó su candidato.
Los comerciales de Gaviria tuvieron una considerable audiencia (un promedio del 70%) pero demostraron tener el mensaje de menor recordación. No obstante, Gaviria salió favorecido con sus intervenciones y su rueda de prensa como el que mejor lo hizo en TV.
El caso de Lloreda es particular pues a pesar de haber tenido una aceptable acogida en televisión ( el 62% de los encuestados vieron sus intervenciones, el 59% los comerciales y el 15% la rueda de prensa) su caudal electoral no correspondió al interés que mostró la teleaudiencia. Los liberales cambiaron su intención de voto por Lloreda de 1% a 0% y los social-conservadores del 61 % al 53%.

Las ruedas de prensa no contaron con mucha audiencia quiza por la premura que no permitió suficiente difusión. Sin embargo, nuevamente los independientes y los apolíticos fueron quienes engrosaron las cifras estadísticas de la audiencia de las ruedas de prensa mostrando preferencia por Alvaro Gómez y por Antonio Navarro.

En cualquier caso el 50% de los encuestados dijo preferir la televisión a la plaza pública, el 65% porque motiva a votar y el 57% porque le da seriedad a la campaña política. Una campaña que sólo en cuñas de televisión y de no ser porque el gobierno cedió los espacios sin costo alguno, hubiera costado a Gaviria $94.596 millones, a Gómez $ 81.019, a Lloreda $ 76.321 y a Navarro $ 75.416.

Independientemente de la relación que existe entre la forma que la gente vió televisión y la forma en que votó, la televisión demostró ser un "arma" eficaz para enfrentar la violencia sobre los políticos que amenazaba con la suspención del proceso electoral. Por primera vez en la historia y cabalgando sobre el tarjetón, los electores tuvieron la posibilidad de ver a todos los candidatos en igualdad de condiciones, confrontar sus tesis, su imagen y votar sin el fantasma de las maquinarias. De eso se aprovechó especialmente el voto independiente de todas las tendencias que observó equitativamente a todos los candidatos y decidió. Si bien se dieron otros multiples factores que sin lugar a dudas modificaron la intención de voto y el resultado final en las urnas ( la estrategia abstencionista de los barones, los asesinatos políticos y el miedo que la violencia ha incrustado en la gente) la televisión en su debut electoral puso sobre el tapete conceptos como la pluralidad política, la equidad informativa y la utilidad practica del medio.--