Arte e Historia
La increíble historia de la obra que viajó a Belén para llegar a la realeza británica
El hecho pasó inadvertido pero, en enero de 2020, una obra de nácar elaborada por artesanos colombianos viajó a Tierra Santa para ser entregada al Príncipe de Gales.
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*Por Karen David Daccarett, Mgtr. en Historia del Arte, Investigadora, autora y editora
El 24 de enero de 2020, Belén fue el escenario de un evento histórico: en Casa Nova -antiguo hospedaje para peregrinos de los frailes franciscanos de la Custodia de Tierra Santa-, se reunieron los jerarcas de las Iglesias con representación en Jerusalén, diplomáticos, autoridades civiles y militares, ciudadanos británicos y palestinos, académicos y mecenas del arte para recibir al Príncipe de Gales.
Entre los asistentes estaba Enrique Yidi Daccarett, un colombiano de ascendencia betlemita, director del Taller Palestina de Barranquilla. Había viajado a la ciudad natal de sus abuelos para entregar al Príncipe Carlos el Escudo de nácar del monarca británico, un cuadro en relieve de 41 x 38 x 6 cm elaborado -bajo su cuidado- por artistas y artesanos del departamento del Atlántico.
Enrique Yidi Daccarett, un colombiano de ascendencia betlemita, director del Taller Palestina de Barranquilla viajó a la ciudad natal de sus abuelos para entregar al Príncipe Carlos el Escudo de nácar del monarca británico
El regalo había sido encomendado por la Abna Kanaan Association, y ofrecido al heredero de la corona por dicha institución y por el Bethlehem Icon Centre.
La pieza se hizo con materiales y saberes tradicionales del tallado de la madreperla, tradición originaria de Belén que se puede rastrear hasta la primera Cruzada. Los colombianos utilizaron madera puy de la Guajira, esmeraldas de Muzo, y otras materias primas preciosas y exóticas.
Durante el evento, unas trescientas personas se aglomeraron junto al caballete que exhibía el Escudo de nácar del monarca británico, y un icono del rey Melquisedec con atuendo cananeo, pintado por artistas del Bethlehem Icon Centre. Dos guardias musulmanes ceremoniales —vestidos con uniforme del período otomano— protegían las piezas.
Vale la pena destacar, que a través la institución londinense The Prince’s Foundation School of Tradicional Arts, el Príncipe de Gales lleva años apostándole a la preservación de los trabajos tradicionales de distintos países del mundo.
Desde 1998, el Taller de Palestina ha ido ganando prestigio nacional e internacional, realizando trabajos tradicionales que hacen parte del patrimonio del pueblo palestino.
Que quede en Barranquilla, no es casualidad. La ciudad ha sido la Puerta de Oro de Colombia, receptora de oleadas de migrantes extranjeros, que han mezclado sus culturas con la del lugar.
Desde 1998, el Taller de Palestina ha ido ganando prestigio nacional e internacional, realizando trabajos tradicionales que hacen parte del patrimonio del pueblo palestino. Que quede en Barranquilla, no es casualidad. La ciudad ha sido la Puerta de Oro de Colombia, receptora de oleadas de migrantes extranjeros, que han mezclado sus culturas con la del lugar.
El taller es un emprendimiento familiar, en el que se trabaja la olvidada ciencia de la palestinología, con una misión artística, académica y de conservación. La recuperación de técnicas convencionales del trabajo de la madreperla a la manera de la Tierra Santa —tarea que comprende diferentes formas de tallarla y grabarla, entintado e incrustación, con el propósito de recrear los diseños de una tradición casi milenaria— podría catalogarse como un conocimiento ancestral que Colombia le devuelve a Palestina, a través de este taller barranquillero.
Este esfuerzo gana importancia debido a las circunstancias políticas que han ocasionado la decadencia de los talleres de nácar en Belén.