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LA JUSTICIA TIENE SU PRECIO<BR>CANTE, AUNQUE NO CANTE

2 de marzo de 1992

LA JUSTICIA TIENE SU PRECIO
Mickey Rourke y Don Johnson protagonizan al prototipo del cowboy moderno.
TAL COMO PARECE, el legendario género del "western", que tanta fama le dio al cine norteamericano en los años 30 y 40, sigue influyendo a directores y realizadores. "Harley Davison y el Hombre Marlboro", verdadero título para esta película de Simon Wincer, no es otra cosa que una parodia de aquel género, adaptado a la modernidad.
Los caballos son reemplazados por motocicletas, los fusiles por ametralladoras, las diligencias por automóviles.
Es una película de vaqueros trasladada al siglo XX, con robo de banco incluido y huidas en tren.
Los protagonistas son Mickey Rourke, el mismo de "Orquídea Salvaje", y Don Johnson, conocido en Colombia por su participación en la serie "Miami Vice". Los personajes son extractados de los esquemas tradicionales: dos hombres rudos, de espíritu libre, de buen corazón pero con voluntad salvaje, que se enfrentan al crimen organizado desde su propia perspectiva. En pocas palabras, Rourke y Johnson encarnan a los héroes del oeste de antaño.
Con un argumento simple, calcado de cientos de películas del mismo estilo aventurero, la película es una mezcla de comedia y acción, en algunos momentos muy bien lograda, pero sin mucha originalidad. En última instancia, es la representación dramática del concepto de héroe que han manejado varios directores norteamericanos y que son el reflejo de lo que la sociedad del Tío Sam espera de sus líderes.

CANTE, AUNQUE NO CANTE
De doña CarmenCita Delgado de Rizo, Ediciones Gamma acaba de publicar un cancionero de fácil consulta, con más de dos mil títulos.
NO TODAS LAS canciones se llaman como parecen. "Quiero emborrachar mi corazón, para apagar un loco amor..." se llama Nostalgia. A la inmortal "Muñequita linda de cabellos de oro, de dientes de perlas, labios de rubí..." no la titularon Muñequita linda, sino Te quiero dijiste. "Te acordarás, hermano, qué tiempos aquellos..." se llama Tiempos viejos. Y la lista sería interminable.
Esa es la razón por la cual tantos melómanos consagradós se rajan en los concursos cuando les piden el título de una melodía. Y es, así mismo, lo que ha motivado a los serenateros a tararearles las canciones a sus clientes, porque saben que muy pocos las conocen por su nombre.
Por fortuna a doña Carmencita Delgado de Rizo, aficionada a la música como pocas, se le ocurrió inventarse un cancionero en el cual los lectores encuentran tres índices: el primero presenta los títulos, el segundo los compositores, y el tercero la frase más conocida de la melodía. Se trata de la antología musical que acaba de publicar Ediciones Gamma con el -éste sí-sencillo y obvio nombre de "Cancionero".
Cartagenera de nacimiento, hay quienes dicen que doña Carmencita es una de las personas que mejor conoce el repertorio musical colombiano. Durante años, su afición fue la de recopilar la letra de cuanta melodía escuchara. Por eso su cancionero, que también incluye títulos españoles y latinoamericanos, presenta más de dos mil títulos.
Desde los más clásicos boleros, hasta las baladas más pegajosas de los últimos años -pasando por tangos, bambucós, vallenatos- han quedado en letra de molde, disponibles para armar una rumba interminable o para emprender una serenata a la que ninguna mujer podría resistirse.