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LA LEY DEL CONTRASTE

Tres muestras simultáneas descubren los nuevos temas del antioqueño Félix Angel.

17 de junio de 1991


CON EXCEPCION de Medellín, su ciudad natal, posiblemente el nombre de Félix Angel suene más fuera de Colombia que en el propio país. En los últimos 15 años ha realizado cerca de 20 exposiciones individuales en Estados Unidos -donde vive actualmente-, Europa y Centroamérica. Por estos días un vasto conjunto de su obra se expone en la Galeria Arte Autopista de Medellín y en el Centro Colombo Americano y la Galería Iriarte de Bogotá.

La obra de Angel parte del dibujo. Durante mucho tiempo trabajó alrededor de dos temas básicos: los deportistas y los animales. Unos y otros se identificaban por la tensión, el clímax del movimiento, la angustia del desplazamiento, la necesidad de huir temporalmente, la tentación del individuo por sobresalir entre un grupo de ciclistas o entre una manada de caballos. La tensión aparece descrita con perfección en su obra, a través de ese juego de brochazos impulsivos, densos, gruesos, cargados de textura, y el límite que ofrece la línea delgada, plasmada en el papel o en el lienzo con un tono de contraste, por lo general llamativo. Pero independientemente del tema, esos seres llenos de vida no son otra cosa que símbolos del homhre moderno, de esa sociedad de cabezas pequeñas y cuerpos grandes.

Su obra reciente descubre nuevos campos: paisajes íntimos, figuras urbanas y montañas. Cargados de color, estos motivos avanzan por el mismo camino que el artista ha recorrido desde sus inicios, pero demuestran una mayor madurez. El contraste surge ahora del enfrentamiento de elementos naturales y elementos materializados. La carretera que cruza la cordillera se apoya en la geometría y hace que las montañas parezcan más bien un refugio mental, al que el espectador les puede dar forma a su antojo. De cualquier manera, Angel demuestra una vez más que en su pintura, las figuras son, ante todo, símbolos del mundo de tensión que rodea al hombre. -