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LA MUJER DEL PRESIDENTE

'Caracol Televisión' pone en pantalla desde este jueves una serie excitante y de gran actualidad.

12 de mayo de 1997

Despues de que la televisión colombiana empezó a triunfar en el exterior por sus historias originales, por su producción impecable y por haber renovado el género del dramatizado latinoamericano, parecía haberse dormido en los laureles de la gloria. Desde Café, y con pocas excepciones como La otra mitad del sol (una serie, sin embargo, con bastantes irregularidades) hacía tiempo que no aparecía en el panorama de la televisión nacional un producto que brillara con luz propia y que no fuera repetición de éxitos anteriores (como La viuda de blanco o Las Juanas). No obstante, en La mujer del presidente se puede sentir de nuevo la voz personal de un autor. Los libretistas Mauricio Miranda y Mauricio Navas vuelven a dejar su impronta con una historia excitante que atrapará al televidente desde los primeros capítulos.
El punto de partida es bastante sugestivo: un joven profesional es seducido por los encantos irresistibles de la hermosísima esposa de su jefe. Sin embargo, lo que iba a ser una fiesta se convierte para él en una terrible pesadilla. El prospecto de amante deja de serlo para convertirse en un incómodo cadáver del que no podrá deshacerse durante el resto de su vida. Este planteamiento, sin embargo, no se queda en la anécdota superficial.
Como siempre, 'los Mauricios' se servirán de esta excusa para hablar en su particular manera del país. Carlos Alberto (Robinson Díaz), después de ser maldecido por el lado oscuro de la realidad, caerá de cabeza en un mundo que ni siquiera sospechaba que existiera desde las apacibles oficinas de una aerolínea, donde era un ejecutivo estrella. "Se trata -dice Mauricio Miranda- de una parodia de 'Alicia a través del espejo'. Cuando el personaje atraviese al otro lado conocerá el mundo de la injusticia".
El personaje será un pasajero del infierno de las cárceles y la persecución en un sistema corrupto en el que entra sin siquiera sospecharlo. Mauricio Navas dice que aunque el tema de la cárcel es una de las constantes del culebrón, aquí nunca se ha tratado con rigurosidad. "En Colombia la administración de justicia no se hace con el martillito de las series gringas", agrega Miranda. Detrás están todas las complejidades y aberraciones del sistema penal (que se han puesto de manifiesto con los recientes amotinamientos en las cárceles del país, lo que le da una gran actualidad a la serie). Los autores investigaron el tema a cabalidad y lo reforzaron con testimonios de personas inocentes envueltas en la bola de nieve de la injusticia.
Esto no significa, sin embargo, que la serie va a ser un panfleto con moraleja al final. No es este el estilo de los libretistas de La alternativa del escorpión y María, María. Al contrario, como conocedores de las reglas del juego, los Mauricios nunca olvidan que la piedra angular de la industria de la televisión es el entretenimiento.
No todo se queda, además, en la fuerza del argumento. Otro factor para destacar es el redescubrimiento de la directora Magdalena La Rotta. Aunque lleva 10 años en el medio tratando de convencer a las programadoras de que es eficiente en su oficio (se le ha medido a seriados de bajo perfil, magazines, telenovelas), sólo hasta ahora tiene la oportunidad de mostrar todas sus cartas. "Por primera vez en mi vida he podido hacer lo que quería", afirma La Rotta. Y eso se nota en la impecable dirección de esta serie. En ella asume uno de los retos que por lo general han terminado ahogando a la mayoría de su colegas, el del género del suspenso. Para una televisión tan 'habladora' como la colombiana, en el cual las historias por lo general se resuelven oralmente y no en la acción, dirigir largas secuencias en las que nadie dice nada es una verdadera novedad. Y si además se hace imprimiendo un ritmo en ascenso y enervante, con una cámara protagonista y una imagen límpida, la propuesta es ya una excepción. La Rotta lo ha logrado, al menos en los primeros capítulos, con un lenguaje cinematográfico. "Siempre he tratado de crear un lenguaje de acuerdo con el tema que manejo -dice-. Cuando es una novela tradicional, el tratamiento también debe ser tradicional. En el caso de 'La mujer del presidente' había que buscar otra gramática porque la historia lo requería". Y para buscar la veracidad y el suspenso no ha escatimado recursos. Muñecos del tamaño de un humano, moldes de partes del cuerpo y otros trucos se han realizado cuando ha sido necesario. Aunque el presupuesto de esta serie no es mayor del normal, los resultados superan los promedios. La Rotta cree que esta calidad se debe al sistema de 'productor general' que la gerente de Caracol TV, Mabel García, viene implementando en sus realizaciones.
El producto final no solo es una pregunta honesta sobre el país sino un verdadero manjar para los ojos, como lo podrán apreciar este jueves 17 los televidentes.