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LA ODISEA

Después de 50 años de su muerte, los críticos todavía no han podido catalogar a James Joyce.

29 de abril de 1991

En 1891, a la edad de 11 años, James Joyce escribió lo que se considera su primera obra conocida: un homenaje al patriota irlandés Parnell, quien acababa de morir. Para el pequeño Joyce, Parnell representaba todo lo que de heroico había en la vida. Entonces se forjó de él una imagen ideal.
Sin embargo, meses antes de su muerte, su héroe se vio envuelto en un proceso por adulterio que precipitó, en 1890, su caída. La figura venerada por Joyce sufrió el ultraje y la humillación y su prestigio fue arrastrado por el fango. Este hecho, afirman algunos autores, dejó una huella tan honda en la conciencia y en la sensibilidad de James Joyce que a eso atribuyen el destino de la vida y de la obra del autor irlandés, su posterior pérdida de fe en la humanidad, y sus posturas radicales, que lo definen y que son partes formadoras de su obra: antinacionalismo anticlericalismo y antifeminismo.
Entonces Dublín, su ciudad natal, se convierte en el escenario de la decadencia humana.