LA OTRA COLOMBIA

Ellen Tolmie tiene 39 años, es canadiense y los últimos veinte años se los ha pasado tomando fotos, haciendo películas para cine y televisión, escribiendo artículos, haciendo entrevistas, viajando y desarrollando proyectos con un tema común que se le convirtió en obsesión: mostrar con la cámara o la máquina de escribir la situación de grupos pobres y marginales en Latinoamérica, Estados Unidos y otras zonas del mundo.
Desde hace cuatro años vive y trabaja en Colombia, y a partir del 15 de marzo expone en el Museo de Arte Moderno de Bogotá, con el auspicio de la embajada del Canadá una serie de fotografías tomadas en distintos sitios del país, bajo el título significativo de "País adentro. Retratos de Colombia". En blanco y negro, los retratos abarcan la dolorosa geografía de los niños que hurgan en los basureros de Manizales, el bebé que duerme en su hamaca guajira, los campesinos que llegan en canoa a Guapi, Cauca, o la niña que se halla bajo una carpa en un barrio de Bogotá.
Son retratos duros, ásperos, realistas, sin retoque alguno. Son hombres, mujeres y niños captados en un instante cualquiera de sus vidas, un instante sin importancia que la cámara ha congelado en la memoria. Ella dice:"Los niños son fascinantes, nunca posan para la cámara, siguen haciendo lo que quieren. En los barrios marginales hay niños y mujeres por todas partes. Los conflictos, los choques, los problemas son recibidos y captados por niños y mujeres. Los hombres se defienden mejor pero sus niños y mujeres son los que reciben el impacto de la pobreza". La exposición es una muestra de estos cuatro años de trabajo en Colombia. Trabajo documental y social que está siendo recogido para un libro que saldrá a mitad de año sobre la situación de los niños en este país.
A través de miles y miles de fotos que fueron decantadas, Ellen Tolmie demuestra su lenguaje plástico y humano: "Para que haya honestidad en el trabajo, uno no debe disparar la cámara y largarse, eso es una agresión.Primero les cuento de qué se trata y cuando tácitamente me lo permiten, entonces los retrato. Creo que todo ser humano tiene derecho a saber por qué se le fotografía, y por esa situación, esa comunicación que se crean, no posan, siguen viviendo". "País adentro" es una colección de momentos en la vida de estos colombianos, muestra cómo son, qué hacen todos los días, no con el ánimo facilista de la denuncia sino identificándose con esos personajes, con quienes según ella hay que compartir algo, aunque sea una sonrisa.
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Desde el pasado 2 de marzo, la Galería Garcés Velásquez de Bogotá presenta una exposición con los últimos trabajos de la pintora Mónica Meira. En esta ocasión, se trata de una serie de óleos y pasteles en los que la figura humana y la presencia del agua son el centro del trabajo.
Son hombres y mujeres en traje de baño. No tienen rasgos muy definidos y, a pesar de estar rodeados de un elemento tan plástico como el agua, dan la apariencia de pasividad. El dibujo juega un papel determinante en esta muestra, en la que los contornos de las figuras humanas llevan todo el peso de las obras.
La utilización del color no está encaminada a recrear la naturaleza y más bien busca reflejar estados de ánimo. Es así como, pese al agua y a las tardes de playa, en la mayor parte de los cuadros los colores no son muy brillantes, los tonos oscuros crean un contraste y los fondos dorados producidos por el reflejo del sol, pálidos y sin mucho brillo, matizan cualquier ilusión alegre. Las atmósferas se mueven entre la pasividad y la tristeza.
Esta es otra faceta de Mónica Meira, una artista que también ha incursionado, con éxito, en el campo del diseño, donde ha logrado buenos resultados, con piezas exclusivas y mucho más definidas.