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LANGUIDO ESPECTACULO

Sin celebridades y sin películas colombianas, el Festival de cine de Cartagerna transcurrió sin pena ni gloria

11 de julio de 1983

Vaya a saber cómo podrá terminar un festival que ni siquiera pudo cumplir con la programación inaugural. "Fitzcarraldo", la película prevista para abrir el XXIII Festival Internacional de Cine de Cartagena, la gran atracción en esta oportunidad, nunca llegó, como tampoco llegaron Claudia Cardinale, actriz principal de la misma, ni Werner Herzog, su controvertido director. Sobre ello, un diario local puntualizaba: "Este estilo de anunciar visitas de celebridades y desmentirlas poco antes de iniciar el festival debería ser desterrado y reducirse, cristianamente, a la sola información de que se les cursó invitación. Más modesto pero más sincero".
En todo caso, hay que empezar diciendo que el Festival de Cine de Cartagena no comenzó ayer. Cuenta con más de 20 años de historia.
Corría el año de 1960 cuando Víctor Nieto, cartagenero, (su primer contacto con el cine fue en el ya legendario Cine Olimpia de Bogotá donde su padre era programador), puso en marcha su idea de organizar en Cartagena un festival cinematográfico. Según cuenta él, "Mar de Plata en Argentina y Punta del Este en Uruguay, eran dos balnearios que tenían renombre internacional, porque tenían un festival de cine con envergadura cada uno. Existía otro en Viña del Mar en Chile y por eso se me ocurrió que podíamos hacer un festival de cine en Cartagena". Por ese entonces se había fundado en Cartagena el Casino Turístico del Caribe, cuyo dueño, José Barbieri, era también propietario de casinos en Punta del Este. Nieto le expuso su idea a Barbieri y éste le manifestó, al poco tiempo: "Ya viene en camino Gualberto Fernández empleado mío, quien hace dos festivales de cine en Punta del Este y viene a ponerse a órdenes suyas para ensenarnos cómo se hacen los festivales de cine".
Y les enseñó. El 24 de marzo de 1960, uno de los diarios capitalinos, El Espectador, traía entre sus páginas la siguiente noticia: "Quince acomomodadoras seleccionadas entre las más simpáticas quinceañeras de la sociedad de Cartagena, tendrán a cargo la labor de dirigir la concurrencia del Teatro Cartagena durante el primer Festival Internacional de Cine".
"Ocho mil solteros", una película inglesa considerada aburrida por los asistentes al teatro en esa ocasión, abrió la historia de las proyecciones del Festival. Fuegos artificiales, desfile de las delegaciones oficiales, presentación de artistas y bailes de gala completaban el cuadro. Y en medio del ajetreo, una joven actriz se paseaba por las playas de Cartagena sin que fotógrafo alguno le prestara la menor importancia: Jane Fonda. Al igual que ella, durante estos 23 festivales, por la ciudad amurallada han pasado personalidades tan diversas como Alberto Lattuada, Alain Jessua, Eduard Molinaro, Armando Bo, Rita Hayworth, Joan Didion, Roman Polansky, Francoise Prevost, Lilia Prado, Kirk Douglas, Sara García, Catherine Deneuve, Dominique Sanda, Jack Nicholson, Ugo Tognazzi, Libertad Leblanck, Serge Silberman, Rainer Werner Fassbinder, Bernardo Bertolucci y Paul Schrader.
Son nombres amontonados al azar dejando por fuera muchos otros, con actividades y ocupaciones varias, pero con un común denominador: haber contribuido a crear el cine de nuestro tiempo.

UNA POLEMICA
Ahora, cuando se realiza el XXIII festival, Víctor Nieto continúa a la cabeza del evento, después del breve retiro de los dos años inmediatamente anteriores, cuando Focine, la entidad rectora del cine en el país, tomó bajo su cargo la organización del Festival. Focine, con el propósito de concentrar sus esfuerzos en el cine latinoamericano y colombiano, había tratado de dejar un poco de lado el desfile de estrellas que había producido expresiones como la del director colombiano Lisandro Duque: "El Festival siempre tuvo impreso un sello de farándula internacional con vedettes de esas que traen perrito y exhiben sus tangas en Bocagrande. Algo así como una caricatura subdesarrollada de Cannes ". Pero al mismo tiempo parece ser que Focine también comenzó a dejar de lado a las personas que habían creado y mantenido el Festival durante dos décadas. Los cartageneros protestaron, se armó la polémica, y este año el Festival volvió a sus manos.
Pero este año, ninguna película colombiana participa en el festival. "El Escarabajo" de Lisandro Duque, "La Virgen y el Fotógrafo" de Luis Alfredo Sánchez y "Con la música a otra parte" de Camila Loboguerrero, no estuvieron presentes, porque, según sus respectivos directores, se les comunicó a última hora su inclusión en el evento, mostrando con ello que se vuelve a dar más importancia a los realizadores extranjeros que a los nacionales.
Aunque hasta el momento de escribir este artículo no ha concluido el Festival, la desorganización es evidente: algunas de las películas más importantes programadas no se proyectaron; no llegaron los invitados; no huba ninguna rueda de prensa en el programa (¿con quién?) y la información sobre las películas participantes fue escasa.
No se ha tenido aún tiempo para hacer un balance total, pero lunares... ¡que los hay, los hay!

"EL NUEVO CINE ALEMAN YA NO ES TAN NUEVO"
Dieter Schidor, productor de "Querelle", última película dirigida por Fassbinder antes de aparecer muerto en su apartamento en Alemania, y miembro del jurado, habló para SEMANA sobre esa cinta. Durante todo el rodaje de "Querelle" estuvo presente, no en el papel de quien vigila cómo marcha el proyecto en el que ha invertido su dinero, sino cámara en mano filmando "una película sobre otra película "Era un documental que más tarde tituló "El mago de Babilonia", donde quedó reflejada la actividad de quien fuera el máximo director del cine alemán contemporáneo: Rainer Werner Fassbinder.
SEMANA: Aunque en Colombia no se ha tenido la oportunidad de ver "Querelle": se conoce la polémica que desde hace un año ha venido suscitando en los diversos festivales en que ha participado. Parecer ser que las opiniones giran en torno a un punto: Fassbinder no alcanzaba el nivel de sus películas anteriores. ¿Qué opina sobre ello?
DIETER SCHIDOR: En realidad las opiniones han estado divididas.
Por todas partes se han encontrado detractores y gente que ha quedado muy contenta con la película. De por sí lo mismo había ocurrido en su momento con la novela de Jean Genet en la cual se basa Fassbinder. Marcel Carné, por ejemplo, quien fue jurado en el Festival de Venecia, opinó que "Querelle" era una de las 10 mejores películas que se han hecho y que si él pudiera le hubiera gustado muchísimo haberlas realizado. Otros, por el contrario, piensan que en esta película Fassbinder se desdobla tanto que él mismo destruye la cinta. Hay que tener en cuenta que Fassbinder no pudo concluir esta película. Fue terminada por personas que lo conocían bastante bien, pero que en ningún momento lo podían reemplazar: Volker Schlondorf Wim Wenders y Jean Marie Sraub.
SEMANA: Durante la década del 70 se habló mucho del "nuevo cine alemán". Sin embargo, actualmente se nota un gran descenso. ¿Qué ha pasado ?
D.S.: Es cierto que el "nuevo cine alemán" ya no es tan nuevo como lo fue hace algunos años. Ha pasado la etapa de auge y nos encontramos atravesando por un período de reflujo, no sólo por la desaparición de personas tan importantes para el cine alemán como Fassbinder, sino también por las últimas producciones fallidas. Tal es el caso de las últimas películas de Win Wenders. Lo que ocurre es que la cinematografía europea siempre se ha movido por ciclos. En un tiempo fue el neorrealismo italiano, más tarde la nueva ola francesa y más recientemente el nuevo cine alemán. Actualmente el eje se ha desplazado hacia Inglaterra.
S.: ¿Cuál cree que es la validez del documental frente a una cinta argumental?
D.S.: Pienso que los documentales son una nueva forma de trabajo. Aquí me estoy refiriendo a los documentales que se van construyendo en el contacto directo con la realidad y no a cintas como la alemana "Cristina F" que da una apariencia de documental, pero que en realidad no lo es, porque todo está construido con actores. Pienso que los documentales son una buena plataforma para ir trabajando un tema que más tarde se abarcaría de manera más general en una película argumental. Sin embargo, esto no quiere decir que yo identifique el documental con fidelidad a la realidad. La "objetividad" del documental es una idea bastante vaga, pues siempre van a estar presentes en él la subjetividad del realizador. En mi caso, cuando hago un documental yo cambio cosas según mis sentimientos. Por ello no se me puede acusar de falsear la realidad. Simplemente se trata de una realidad vista a través de mis sentimientos.
S.: ¿Cómo ven en Alemania el cine latinoamericano?
D.S.: En Alemania y en Europa en general siempre se está esperando de Suramérica. Aquí encuentro a mucha gente preocupada por el futuro del cine Latinoaméricano como industria que pueda competir en el mercado mundial. En realidad no hay que hablar de un futuro del cine Latinoaméricano, sino de la fuerza del mensaje del presente en sus películas.