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LAS ANTENAS PUESTAS

Una obra del brasilero Jorge Amado sirve de base para la próxima película de Lina Wertmuller. SEMANA recoge las opiniones de la realizadora italiana.

27 de septiembre de 1982

Si para algunos expresarse significa dar patadas a una pelota, escalar montañas, pegarles a los hijos, conducir un automóvil a toda velocidad, bailar... para Lina Wertmuller, una italiana como los spaghetti y el mozzarella, con ancestros suizogermánicos, el cine es su forma vital de expresión. Tan vital, que es comparable con el hambre o la sed. Le exige una movilización constante de todas sus energías, de todos los sentidos.
Con un puesto va bien ganado dentro de los realizadores europeos, la Wertmuller siempre hace noticia con sus películas, inquietantes por su temática: la política y el amor o el sexo, las maneras como el amor o el sexo pueden ser politizados y la política sexualizada. Y lo prueban filmes como "Los basiliscos" (1963), "Mimi por mafioso cornudo" (1971), "Amor y anarquía " (1972), "Arrastrados por un insólito destino " (1974) y "Pascualino siete bellezas" (1975). Ahora, en vísperas de entrar en el rodaje de su próxima película, " Vida y milagros de Tieta D 'agreste" basada en la obra del hrasilero Jorge Amado, Lina Wertmuller habló de su obra. "Me crecen antenas mientras elaboro un filme" dijo y se dispuso a responder.
PREGUNTA: ¿Porqué su cine resulta casi esperpéntico?
LINA WERTMULLER: Porque lo esperpéntico es el estilo de la vida.
Creo que la única cosa que separa a los hombres y a las hienas de las otras bestias es la risa y, del otro lado, la saludable rabia.
P.: Cuál es el mensaje de sus filmes?
L.W.: Que las adversidades de la vida nacen siempre de cualquier noción anticuada de las reglas según las cuales se debe vivir, que son, a la larga, lugares comunes existenciales; el lugar de los hombres y de las mujeres en la sociedad o el lugar de las clases sociales en la jerarquía o el "código de honor" con base en el cual deben comportarse.
P.: Un ejemplo...
L. W.: La mentalidad chauvinista del macho italiano que provoca la derrota de un Mimí metalúrgico o de un Genarino, situación que no ha sido capaces de observar las feministas que me atacan por mí presunto antifeminismo y por fin la solicitud constante de la procreación que, en última instancia, debe tener que ver con ese chauvinismo masculino que es uno de los diversos esquemas destructivos.
P.: Muchos italianos no están conformes con la imagen de Italia que usted exporta ¿Por qué?
L.W.: Porque están muy conformes con la sociedad de consumo y con la Italia industrial. No alcanzan a ver la parte del país sumergida en el medievo, en la superstición, el patriotismo fálico...
P.: Algunos críticos, entre ellos Bettelheim, la acusan de alterar la conocida realidad de los campos de concentración nazis en su "Pascualino"
L.W.: El artista tiene el derecho de usar el campo de exterminio como matáfora y de reinventarlo según su propia visión, si tal visión es auténtica y sirve para puntualizar algunas cosas de la vida en las cuales podemos creer o respetar. Es entonces cuando la verosimilitud insignificante de los detalles no tiene importancia.
P.: ¿Es usted feminista?
L. W.: No me interesan las discusiones sobre el tema. Creo en las mujeres que trabajan con talento, con inteligencia, con voluntad y no en las que lo hacen competitivamente. Por otra parte, la mujer también es un hombre.
P.: ¿Cree en Dios?
L. W.: Es un gran acto de soberbia pensar que hay un dios preocupado por nosotros.
P.: ¿Qué importancia tiene la memoria para crear?
L. W.: Hacer películas es hundirse profundamente en el mundo de la infancia como dice el gran Ingmar Bergman.
P.: Sobre su próxima película, " Viday milagros de Tieta D agreste ¿Por qué eligió la obra de Jorge Amado para su filme?
L.W.: Decidí filmarla porque los personajes tienen una precaria felicidad, en parte encantadora, casi inocente y deliciosa, insostenible, no perdurable siempre. Se encuentran frente a una elección postergable pero inevitable entre diversas alternativas de las cuales ninguna es justa, completamente feliz y menos completamente equivocada.
P.: ¿Los personajes le interesaron porque son cercanos a su "tipoteca" fílmica?
L. W.: Sí, tienen algo de moralmente ambiguo, frente a los cuales Amado toma una posición fundamentalmente ambivalente. Esta ambivalencia hizo que el libro me sedujera: el conocimiento de que no hay nada simple en la vida, nada que sea blanco o negro, esto o aquello, un arabesco entre dos puntos.
P.: ¿Conocía ya las obras de Jorge Amado?
L.W.: Desde hace años somos grandes amigos. Nos conocimos en Roma.
Después lo visité en Bahía, pues quería llevar al cine su "Teresa Batista, cansada de guerra". La idea naufragó, pero ahora el destino nos hizo encontrar para hacer juntos Tieta.
P.: ¿Existen ángulos de coincidencia en la obra de Amado con su tipo de cine?
L.W.: Sin duda: un mismo socialismo anárquico y además lo sublime y grotesco en las vidas de sus criaturas, la ternura dolorosa, la rabia de vivir que se respira en ese microcosmos de las calles de Bahía, la posibilidad de encontrar los gestos de la vida en un viejo marinero borracho o en una prostituta portuaria y el dibujo que forman esas existencias. Por otra parte, la superstición, el folclore, el clima de fiesta y de muerte.
P.: ¿Conoce otros autores suramericanos?
L. W.: Sí, me interesa toda la obra de García Márquez, he leído con asombro a Onetti, Osvaldo Soriano, Rulfo, pero soy una enamorada de Borges. La literatura suramericana es una cantera rica, nueva, vital, a la que los europeos nos asomamos con voracidad.
En pleno agosto, cuando el sol adormece las conciencias y las piedras cocinan la historia, Lina Wertmuller en su lujosa casa de Roma, entre secretarias, empleados de producción y ayudantes filipinas, un poco ajenas al escándalo del Banco Ambrosiano, la muerte de Calvi y la emboscada parlatnentaria a Spadolini, deja que sus antenas crezcan para sumergirse en la realización de su próxima película. -