LAS PIEDRAS DE NIJOLE
Una exposición sorprendente con obras tridimensionales
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Los ruidos del taller, música férrea de la escultura, sirven de fondo, en grabación que llena la sala, para la muestra con que Nijole Sivickas pondrá fin a la relativa indiferencia que le ha dado el medio artístico-colombiano. Nacida en Lituania, lo cual puede explicar algo de la frialdad hacia ella, esta artista que lleva 32 años en el país ha desarrollado una cada vez mayor conciencia de la forma escultórica exenta, tridimensional, poliédrica, en la cual la lámina de material llevada a consistencia de muro, da la vuelta coherentemente sobre sí misma y se pliega para articular formas autoportantes de tremenda autoridad plástica.
El rigor con que se estructuran sus mejores piezas, como son "Desvelo", "Dos vías", "Desenvuelta", o la serie de "Esquinas" y de "Roturas", entre otras, hace olvidar, en el mejor sentido de la palabra, la presencia del material cerámico. Su madura poesía formal predomina sobre lo simplemente matérico, y más bien se convierte en la equivalencia artística de la otra metáfora; la que toma lugar en el horno cuando, bajo la acción del fuego, el barro vuelve a adquirir su consistencia original de piedra. Primordiales, las tremendas formas llenan la Galería Santa Fé, en d Planetario de Bogotá, con las sugerencias riquísimas de un discurso de significados alternos de, y desde la forma.
Dos de estas esculturas fueron rechazadas por el último Salón Regional de Tunja, por un jurado que seguramente no sabía mirar y que, más que nada, leía los nombres en las etiquetas. -