LAS PRIMERAS SEMILLAS

Documentos de Mutis sobre la labor científica de la Expedición Botánica

5 de septiembre de 1983

Mutis y la expedición botánica, documentos, El Ancora Editores, Bogotá, 1983, 189 páginas.
El bicentenario de la Expedición Botánica ha dado la oportunidad de revivir la obra de Mutis y el significado que ella tuvo para el surgimiento de un pensamiento científico, racionalista, en nuestro país. La Nueva Granada no tuvo que pasar del pensamiento primitivo a la filosofía griega, la escolástica y el racionalismo, en sucesivas etapas, sino que se vio de pronto abocada a la conjunción de ideas entreveradas en las que el primitivismo, el latinismo, la escolástica y los albores del racionalismo se presentaron atropelladamente y produjeron el injerto extraño de un cura matemático, médico, naturalista y defensor de Copérnico y Galileo en pleno trópico. Desde España vino en 1783 aquel que mereciera la frase de Francisco José de Caldas en su artículo necrológico el calificativo de émulo de Linneo y Jussieu, así como de los astrónomos y los físicos de la época.
En 1808, cuando murió en Santa Fe, Mutis dejó una obra que aún no ha sido publicada en su totalidad. El Ancora Editores aporta al conocimiento del sabio hispano-granadino el discurso pronunciado en el Colegio del Rosario en 1762, en el que defiende el estudio de las matemáticas como preludio de todo conocimiento científico profundo; el tratado que data de 1764 es una defensa efusiva del sistema newtoniano, sin descuidar los elogios a Galilelo y a Bacon, en una apología de las ciencias naturales y su método para descubrir la verdad sin las ataduras del sistema escolástico y confesional; en 1774 defiende de nuevo el sistema copernicano y kepleriano sobre la gravitación universal de los astros, y llama la atención sobre la corriente surgida en el interior de la propia Iglesia Católica en favor de estas teorías; desde entonces, comienza a adentrarse en la botánica y la quinología, que tendrían que jugar un papel muy importante durante más de un siglo, con el descubrimiento de la quina para curar la malaria, enfermedad extendida en todo en todo el territorio hispanoamericano.
Al expedirse la constitución de la Expedición Botánica, que finalmente se convirtió en una institución permanente, Mutis ya tenía un acopio de material científico digno de figurar en los herbarios de Europa. Su correspondencia con Linneo en Suecia demuestra una recíproca circulación de especies y conocimientos científicos que ampliaron la capacidad de comprender la flora y las condiciones naturales de la Nueva Granada. Humboldt llegó con Bompland a tierras americanas a conocer al sabio granadino y aprender de él todo lo que había recopilado en sus años de investigación.
Como médico, Mutis dio recomendaciones sobre la inoculación de la viruela, sobre la curación de enfermedades agudas y, curiosamente, una receta para fabricar polvos que purificaran el aire. En la geografía. Mutis dejó una descripción detallada de las regiones que visitó, los ríos y las montañas, así como de los habitantes del suelo neogranadino.
Recluido en Mariquita en sus últimos años, no dejó de permanecer atento a todos los signos de la naturaleza, ayudado de sus prácticos, de los que decía que sabían mucho más que los científicos de Europa.
El texto del Ancora Editores contiene ilustraciones en color de las muestras tomadas por Mutis de enredaderas, de la planta cinchona y sus variedades, de flores nativas y un mapa de la época. La utilidad de este libro en las instituciones de enseñanza secundaria y para el público interesado en las aventuras de la ciencia es inestimable, si consideramos la importancia que tuvo la Expedición Botánica en la conformación de nuestra nacionalidad.--
Libardo González