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Latinoamérica para marcianos

¿Cómo explicarle al resto del universo nuestra música popular? El satélite músico-espacial ‘Arepa 3000’ lo ha logrado, con buen sonido y no menos refinado humor.

7 de mayo de 2001

Hace un par de decenios, cuando la música disco invadía las ondas radiales, la llegada del siglo XXI era esperada como una promesa de progreso. La película 2001: odisea del espacio se encargó de crear un imaginario de naves espaciales y avances tecnológicos, pero llegó el cinematográfico año y nada de eso sucedió. Lo gracioso es que aquella decepción ha sido aprovechada de manera ingeniosa por el grupo de rock venezolano Los Amigos Invisibles. Su más reciente disco es algo más que un montón de canciones; es un proyecto músico-espacial bautizado, con orgullo latinoamericano, Arepa 3000.

Desde luego, se trata de una broma: Los Amigos Invisibles se imaginaron el lanzamiento del primer satélite venezolano, una especie de Voyager tercermundista que surcara el cosmos con información acerca de la música y la idiosincrasia latinoamericanas. Pero el disco no se queda en lo humorístico. Ante todo, su calidad sonora es impactante y el tratamiento de géneros, que van del sofisticado funk al empedernido merengue (ligados con voces de disc-jockeys populacheros), se convierte, de veras, en un espejo de nuestros gustos heterogéneos. Cuatro de los Amigos Invisibles hablaron con SEMANA acerca de este disco.

SEMANA: ¿Cómo surgió el concepto de combinar música, humor y viajes espaciales?

Amigos Invisibles: La idea empezó porque estábamos viendo La guerra de las galaxias y nos dimos cuenta de que el uniforme de los malos es exactamente igual al liqui-liqui, que es el traje típico venezolano. Nos pusimos a pensar que ya habíamos llegado al año 2000 y nada de lo que nos prometieron es cierto. Así que nos imaginábamos que nosotros lanzábamos un satélite propio al espacio, el Arepa 3000, con información acerca de nuestra cultura pop.

SEMANA: Ustedes lo llaman ‘pop’ pero otras personas hablarían de cierta cursilería. ¿Es adrede?

A.I.: La columna vertebral de nuestro trabajo es la honestidad. Si vamos a mostrar un retrato de nuestra cultura no podemos quedarnos sólo en nuestros gustos más refinados como melómanos. Estamos influenciados por la música anglosajona pero ante todo somos latinos. En nuestras discotecas tú no encuentras únicamente álbumes de rock.

SEMANA: ¿Por eso, aparte del rock, se aventuraron con géneros como la salsa y el merengue?

A.I.: Claro. Nosotros podemos escuchar en nuestra casa géneros sofisticados como el acid jazz o el funk, pero tú te subes a un autobús y lo que oyes es merengue y salsa erótica. Así que decidimos meter todo eso en el disco. No podemos negar eso que algunos llaman cursilería.

SEMANA: Sin embargo esa cursilería es presentada con la mejor ingeniería de sonido que uno pueda escuchar actualmente. ¿No es un contraste muy fuerte?

A.I.: Nosotros siempre hemos trabajado en nuestras creaciones el doble sentido, que no es lo mismo que la vulgaridad. Ese es también el ingrediente principal de Arepa 3000. La diferencia es que el disco anterior había sido producido en Venezuela mientras que este fue hecho en Estados Unidos con la más moderna tecnología y además contamos con un estupendo productor gringo.

SEMANA: ¿Al trabajar con un ingeniero de sonido estadounidense, no le costaba trabajo comprender el contenido humorístico del disco?

A.I.: Diríamos que no entendió ni uno solo de los chistes. Por eso nosotros actuamos como coproductores, le decíamos que metiera esto acá y esto otro allá. El, por su parte, se dedicó a hacer los arreglos vocales y a pulir el sonido.

SEMANA: Ustedes interpretan algo de merengue en tono de burla. ¿No sería irónico que ese tema empezara a sonar y se pegaraen las emisoras populares?

A.I.: Bueno, ya nos sucedió algo similar el año pasado. Ponerte en cuatro, una canción de nuestro anterior álbum, se ganó un premio a ‘Mejor Canción Rock & Pop’. Y en realidad no es ni rock ni pop: es un tecnomerengue. Eso demuestra que la ironía ya está ahí rondando.