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Lautrec

Un repaso a la vida del pintor francés Toulouse-Lautrec.

3 de enero de 2000

Famoso por sus carteles de Aristide Bruant y del Moulin Rouge, enano y deforme, pero jamás acomplejado de su condición física que, por el contrario, le significaron el agrado de varias mujeres, el pintor Henri de Toulouse-Lautrec (Regis Royer) es considerado uno de los artistas franceses más populares de la historia. El director Roger Planchon da un rápido vistazo a la personalidad arrolladora del artista, basado en su relación amorosa con Suzanne Valadon (Elsa Zylberstein), quien sirvió de modelo no sólo a él sino a grandes impresionistas como Degas y Renoir.

Su relación con las mujeres es uno de los puntos en los que intenta profundizar la película, tal como sucedió en Sobreviviendo a Picasso del director James Ivory. El rótulo de ‘genio’ se convierte en una fuerza de atracción sobre el sexo opuesto, logrando que su aspecto físico sea lo de menos. Lautrec lo sabía y se vanagloriaba de ello. Otros aspectos importantes de su vida no se quedan por fuera, como su paso por la escuela de bellas artes de París, su admiración por Van Gogh, su devoción por el impresionismo y su preocupación por recrear lugares sórdidos como los burdeles. Su relación con las prostitutas dan fe de ello y creía ver en ellas una fuerza especial difícil de encontrar en otros seres humanos.

Pero es allí donde tambalea el guión, pues se trata de abarcar muchos aspectos de manera superficial, hecho que impide que la caracterización del personaje central logre apasionar y adquirir el carisma que se le han atribuido en algunas referencias biográficas. La intención de condensar en dos horas lo más importante desde su nacimiento hasta su muerte y, sobre todo, de forma cronológica, hacen que la historia se dirija a un final que carece de emoción, elemento que falta a lo largo del filme.