LEER O NO LEER?

APAGUE EL TELEVISOR Y DEDIQUESE A LEER. ESO PARECE proponerle al televidente el comercial de la Cuarta Feria Internacional del Libro. Un mico menos tierno que los del comercial de Pepsi aparece en pantalla destrozando un impreso. Para muchos, se trata de una de las piezas publicitarias más agresivas de los últimos años. La comparación entre el hombre y el irracional es inevitable. El beneficio de la duda corre por cuenta de cada espectador, para definir si le están advirtiendo algo que podría llegar a suceder o algo que ya está sucediendo.

Hay quienes se preguntan por qué esta voz de alerta precisamente cuando la industria editorial del país parece atravesar su mejor momento. Cuando Colombia se ha consolidado como el mayor exportador de América Latina. Es cierto que en este renglón se está vendiendo al exterior casi el triple de lo que se importa (63 frente a 22 millones de dólares en 1990) Y es cierto, así mismo, que en el último lustro los impresores nacionales han visto pasar por las rotativas mucho más papel que en cualquier otra época. Pero aun así los resultados son dramáticos. Se ha querido vender la idea de que Colombia es líder editorial de Latinoamérica, cuando ni siquiera existen datos confiables para determinar la producción del sector. Las cifras que se emiten al respecto son tan contradictorias, que lo único que se puede pensar es que se han tomado los datos más inflados cuando se ha comparado al país con otros de tanta tradición editorial como México o Argentina que, si bien exportan menos, consumen más.
Editores, impresores y productores de papel no han logrado coincidir en sus cifras. De cualquier manera, calculando