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LOS DESNUDOS DE MIGUEL ANGEL

Pocos sabían que los santos que hoy quieren desnudar los restauradores de la Capilla Sixtina habían sido cubiertos sin el consentimiento del maestro renacentista.

27 de diciembre de 1993

CUANDO FABRIZZIO MANCINELLI, director de restauración de la Capilla Sixtina de El Vaticano, anunció a la prensa que algunas de las 38 bragas dibujadas a lo largo de los años sobre los desnudos del Juicio final, de Miguel Angel, serían eliminadas, la noticia no fue tanto que se pensara en suprimirlas, sino que alguna vez hubieran sido colocadas.
En efecto, Io que para los especialistas aquello de volver a desnudar los santos y beatos del fresco era un paso más en la restauración de la Sixtina, para el público en general fue objeto de gran sorpresa, pues muy pocos creían posible que alguien hubiera osado meterle mano a la que es considerada la mayor obra pictórica en la historia del arte universal.
Apenas comenzando el siglo XVI, el Papa Julio II solicitó a Miguel Angel la decoracián de la bóveda de la Capilla Sixtina, en la que debía representar el inicio y el fin de la humanidad, incluidas la creación del cielo; la separación de las tierras y las aguas; la creación de Adán y Eva; el pecado original y la expulsión del paraíso, y el diluvio universal y el arca de Noé. El trabajo se fue llevando poco a poco, con la libertad del autor de imaginar las escenas como mejor le parecieran. Pero la obra mayor, la del Juicio final, quedó postergada indefinidamente, hasta que en 1536 el Pontífice sucesor, Julio III, lo llamó para que culminara la que iba a ser su obra maestra. Miguel Angel tardaría cinco años en realizarla.
Sin embargo, tuvo que soportar la censura de la Iglesia. El Concilio de Trento, efectuado entre 1545 y 1563, ordenó que los sexos desnudos de su reciente fresco fueran tapados, por considerar un irrespeto que los santos y beatos del cielo dejaran al descubierto sus genitales. Así, a través de los años fueron apareciendo pequeños trapos nacidos de la nada en cada una de las figuras desnudas que hoy los restauradores quieren devolver a su forma original. "La cosa no sería tan grave -comento Fabrizzio Mancinelli- si no fuera porque el primero en ejecutar la orden desapareciera a escalpelazo limpio los, genitales de San Pedro y Juan Bautista para estampar burdos taparrabos". Se trataba del pintor Daniele de Volterra, quien a partir de entonces fue apodado con el nombre de Maestro Bragazas. En consecuencia, tanto San Pedro como Juan Bautista -y uno que otro beato con igual suerte- tendrán que permanecer intactos, pues debajo del taparrabos no hay más que piedra limpia. Los demás personajes, que fueron simplemente cubiertos con capas de pintura, serán restaurados con base en minuciosos sistemas de limpieza y con ayuda computarizada.
Y es que así como ahora los visitantes de la Sixtina pueden admirar ya los resultados de parte de la restauración, iniciada cuatro años atrás, el proceso ha igualmente deslumbrante. Con la ayuda de programas de computación, los expertos pudieron dilucidar por dónde empezó su trabajo Miguel Angel y el camino que trazó para continuar su obra, así como los elementos que utilizó en la elaboración de colores, tonos y efectos atmosféricos. En la medida en que se iba desarrollando el proyecto, aparecían tonos originales de tal intensidad que incluso muchos de los visitantes no pueden creer que los frescos no hayan sido recuperados con nuevas capas de pintura. Y no les falta razón en dudar, pues detrás de los colores ocres que el público se había acostumbrado a admirar, y sobre los cuales trabajaron durante años estudiantes y catedráticos del arte, han aparecido vivos azules, escarlatas y naranjas de una brillantez que los mismos realizadores del proyecto no pensaban que era posible alcanzar. Inclusive debajo del hollín de cera acumulado durante años y años de cirios encendidos, los restauradores han rescatado pequeñas figuras antes inadvertidas.
Lo que más ha llamado la atención de los especialistas en la última fase de la restauración, ahora que sólo falta el Juicio final y que estará listo en abril del próximo año, es la capacidad de Miguel Angel para elaborar en un mismo cielo el cambio atmosférico entre el paraíso y el infierno. "Limpiarlo sin alterar el color natural -dijo uno de los expertos a la prensa- ha sido tal vez el mayor riesgo que se ha presentado".
Con todo, que se destapen o no los desnudos del Juicio final, tema sobre el que se pronunciará El Vaticano próximamente, lo cierto es que la restauración de la Capilla Sixtina ha ratificado el genio creador de Miguel Angel, para quien cualquier figura humana debía pintarse a la perfección hasta en sus mínimos rasgos, a pesar de saber que desde el suelo nadie lograría percibirlos.
EL NUEVO LOUVRE
En la nueva ala del Louvre, además de arte, habrá café de Colombia.
AL IGUAL QUE LA CAPILLA Sixtina, los más importantes museos del mundo han visto la necesidad de restaurar y readecuar sus instalaciones. Uno de ellos, el Museo del Louvre, en París, han sido el que más expectativa ha generado, por la magnitud del proyecto, lanzado por el presidente Francois Mitterrand en 1981 con una inversión que supera los mil millones de dólares y que será completado en su totalidad dentro de tres años.
La semana pasada se llevó a cabo la inuguración del ala norte, quizá la fase más importante del plan trazado, por su magnanimidad y perfección en la estructura de funcionamiento, pero también en su capacidad de ocupación. El ala norte, llamada Ala Richelieu, le ha cambiado la cara a un museo que en 1988 era considerado una caverna oscura, húmeda y desordenada y hoy es un brillante especializado y armonioso salón de exposiciones.

Readecuada por el arquitecto chino estadounidense I.M. Pei, el mismo que diseñó la monumental pirámide de vidrio en la plazoleta del museo, el Ala Richelieu ha permitido sacar más de 4000 obras de la reserva y exhibir más de 12000 piezas en sus nuevas secciones. Pei, con minucioso detalle arquitectónico, adecuó todos los espacios para crear una sucesión de salas de acuerdo con escuelas y periodos, algo que antes no existía.

La noticia del nuevo Louvre tiene un ingrediente adicional para los Colombianos. En forma exclusiva, el museo ha dispuesto que el café que se venda a los visitantes sea el Café de Colombia, con lo cual la Federación de Cafeteros se anotó un hit al colocar la figura de Juan Valdez en el mismo salón de Rembrandt.


FERIA DEL ARTE
CON LA participación de importantes galerías de Europa Unidos, Latinoamérica y Colombia, del 2 al 6 de diciembre se llevará a cabo la tercera edición de ARTF 93. El objetivo es seguir abriendo el mercado del arte colombiano hacia el mundo, tal y como se ha venido haciendo desde 1992.

Además de la muestra representativa de la plástica nacional e internacional, se contará con la presencia de 25 revistas especializadas y la participación de expertos como Lisa Palmer, directora de Cristin's Latinoamérica, quien dictará una serie de conferencias sobre comercialización del arte.