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LOS HIJOS LOCOS

Versiones vanguardistas de los eternos clásicos desfilaran en el V Festival Iberoamericano de Teatro.

8 de abril de 1996


EL TEATRO CONtemporáneo no cree en las historias con principio y fin, detesta a los personajes planos y sospecha de las moralejas universales. Pero esta generación desencantada que hoy asiste a la muerte de todos sus dioses, aunque le ha quitado el vestido de gala a las verdades absolutas, sigue rendida al encanto de los mitos clásicos.
Es toda una corriente dramatúrgica la que en la actualidad dirige su mirada hacia los perfumados parnasos de las obras maestras para reescribirlas en este tiempo y lugar. Desde entonces los héroes de las tragedias griegas o los dramas isabelinos pasean cojos, despeinados y harapientos por las ruinas culturales del siglo XX. Y es que desde que el posmodernismo sacudió las tablas del teatro ya no hay herejias imperdonables.
No se trata sólo de adaptar estas historias inmortales a los nuevos tiempos dándoles un retoque de mo dernidad. El ejercicio de estos dramaturgos es exprimir la profunda riqueza de aquellos paradigmas culturales que a pesar de los siglos siguen produciendo nuevos significados. La parodia, la mueca, la desestructuración, los multimedia, las enseñanzas del cine, la abolición de los espacios demarcados, el encuentro de las obras de arte con los iconos de la sociedad de consuma y la multiplicidad de lenguajes se mezclan en estas nuevas versiones de los eternos clásicos para los desencantados espectadores de hoy.
Una buena muestra de esta tendencia poblada de ecos y resonancias se hará presente en el próximo Festival Iberoamericano de Teatro. En este carnaval de espejos quebrados llegará la pasión de Romeo y Julieta, víctimas de Capuletos y Montescos modernos que con la bandera rasgada de Sarajevo pelean por una cuerda para colgar la ropa lavada. Verona es el nombre de esta versión de los australianos Magpie Theatre, quienes con el lenguaje de Buster Keaton, acrobacias, gags y elementos tragicomicos redescubren el núcleo dramático de Shakespeare en la historia reciente.
La odisea es otra fábula revivida por el Footsbarn Travelling Theatre de Francia. Esta compañía formada en los viajes mezcla la antigua sabiduría de Homero con las técnicas dancísticas de los hindúes. El resultado es un espectaculo amanble dirigido al gran público que en cinco idiomas habla del mito del eterno retorno.
Otra experiencia interesante del viaje de un símbolo a través de las culturas y los años lo constituye el Prometeo liberado de Heiner Muller, quien ha hecho uno de los trabajos más sistemáticos con los textos clásicos. Muller se dedicó a releerlos y desmenuzarlos para construir grandes frescos que hablan de los convulsos tiempos modernos. En el montaje de la compañía alemana Am Turm, el mito griego es llevado a la escena con una exuberante producción musical que mezcla sonidos guturales
y cibernéticos con el maravilloso texto poético.
Y como todo se vale en las nuevas estéticas, la trágica Casa de Bernarda Alba se llena de encantadoras payasas que con técnicas de clown, flamenco y blues le dan un color pastel a la roja tragedia lorquiana en la versión del grupo sueco Theater Manjna.
El arquetipo de Hamlet, por otro lado, es el escogido por el grupo colombiano Corporación Estudio Teatro para hablar de la transición de la sociedad, la soledad en un mundo que ha cambiado los valores y el provincianismo. El director Pavel Nowicki quiere en esta versión afirmar: "La posibilidad de vivir fuera de contexto, ser merecido por Dios y no vivir para escupir el espejo en que nos miramos ".
El hilo conductor de este desfile de héroes asustados, expulsados de las seguridades, en conflicto con su mundo y repitiéndose de siglo en siglo hasta la actualidad puede ser una buen alternativa para escoger el itinerario para recorrer el próximo Festival Iberoamericano de Teatro.