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LOS MALOS DE LA PELICULA

Hecha con recursos técnicos ultramodernos y con fuerte dósis de violencia, la serie de televisión Miami Vice causa revuelo por su suspensión en Colombia

26 de mayo de 1986

Las primeras tomas muestran una selva muy verde, tropical, húmeda, llena de ruidos de pájaros y agua que cae en alguna parte.
Aparece un crédito: "Colombia, Suramérica". Se escuchan ruidos más cercanos, viene un jeep con varios agentes que son interceptados por un grupo de guerrilleros, algunos con barbas, otros con brazaletes, otros mordiendo tabacos sospechosamente cubanos. Capturan a los gringos que van en el jeep y los llevan a una cabaña donde otro norteamericano está siendo torturado. Luego de un forcejeo violento y angustioso, el hombre es ejecutado y los otros puestos en libertad, para que le cuenten a los agentes de la DEA qué hacen las guerrillas con los soplones.
Esos son los primeros minutos de un capítulo de la serie Miami Vice ("Vicio de Miami") de la cadena norteamericana de televisión NBC, escogido al azar. Esa referencia a Colombia no es la primera ni la última, y a lo largo de una temporada que ha colocado al programa en el primer lugar de sintonía los viernes en la noche, la presencia de narcotraficantes y guerrilleros colombianos ha sido un elemento habitual. Ahora, cuando se ha planteado la posibilidad de que la serie sea exhibida en nuestro país por la programadora RCN, ha estallado una minitormenta sobre la validez de presentar en el país una cinta que deja tan mal parados a los compatriotas.
MILLON Y MEDIO POR CAPITULO
Pero, ¿qué es Miami Vice? Desde los créditos iniciales, es obvio para el telespectador que se encuentra frente a una serie de gran factura, un fenómeno del video que cuenta con todos los recursos técnicos y que muestra claramente cómo se invierte ese millon y medio de dólares que cuesta el rodaje de cada capítulo. Mucha acción, mucha violencia, mucho ruido y muchísima música rock, componen el escenario sobre el cual la cámara se pasea desde los ángulos más insospechados, para seguir las incidencias de una persecución por las calles de Miami o una emboscada en las selvas colombianas.
Los críticos han estado de acuerdo en que pocas veces la televisión había demostrado tantos recursos en una serie por capítulos, inspirada en cierta forma en el boom de los videos musicales donde ni la imaginación, ni los elementos para convertirla en "realidad", pueden tener límites. Lo anterior explica un poco que los personajes sean superficiales y caricaturescos, protagonizando inverosímiles cacerías en botes, helicópteros o carros deportivos.
Dos actores, Don Johnson y Philip Michael Thomas, son los encargados de darle vida, sabor y ruido a los dos personajes de la serie: dos detectives, Sonny Crockett y Ricardo Tubbs, encargos de desbaratar las bandas de delincuentes y narcotraficantes. Y de hacerlo sin escrúpulos, matando y después preguntando, siendo engañados, golpeados, humillados, extraviados, pero saliendo siempre victoriosos, revelando lo que hace algunos días anotaba un comentarista de televisión en Colombia, que la serie era, de todos modos, profundamente moralista, pues entre otras cosas, los malos siempre perdían.
¿Por qué el éxito de la serie? Sencillamente porque ha tomado dos personajes que el público, el norteamericano, siempre ha buscado en todas sus formas: los detectives que defienden la sociedad, que tienen buen humor, ganas de divertirse, pero por encima de todo son íntegros, no se dejan comprar y van hasta el final de las cosas. Lo demás son los complementos ideales, en los que se han reconocido las mayores innovaciones: tomas cortas y rápidas, montaje electrizante, pocos diálogos, mucha acción, todo para cantarle a la vida, a las frustraciones, al honor perdido, pero por encima de todo a la ley.
LA VIGA EN EL PROPIO
Está claro entonces que Miami Vice no es una serie más. Es el nuevo fenómeno cultural de la televisión norteamericana, como en el pasado lo fueron "Parry Mason" o el "Dr. Kildare". El problema radica, en lo que se refiere a su exhibición en Colombia, en que, por tratarse de una cinta sobre narcotráfico en la Florida, los malos son casi siempre colombianos y en la mayoría de los casos, como corresponde a una serie de esta naturaleza, resultan caricaturizados.
Esto llevó al Comité de Vigilancia de Television (uno de los nuevos entes de la T.V. estatal y no gubernamental) a vetar la presentación de Miami Vice en Colombia, después de que el Consejo de Programación de Inravisión la había autorizado para el horario infantil de las 5 de la tarde los domingos. RCN alegó que, con base en esa autorización inicial, había invertido una respetable suma de dinero en la campaña de promoción publicitaria. El forcejeo comenzó entonces, y mientras tanto, la polémica se ha tomado a los periódicos, donde, para citar un solo ejemplo, el columnista Enrique Santos Calderón le dedicó el comentario del jueves pasado.
A Santos no lo convencen para nada las consideraciones "colombianistas" del Comité de Vigilancia, en lo cual puede tener mucha razón, pues es un hecho que, aunque los colombianos sean "los malos de la película", la cinta está lejos de ser una apología del delito, que es lo que el Comité de Vigilancia si podría alegar para vetarla. Que los malos sean colombianos en una pelicula sobre narcotráfico en la Florida es, aunque desagradable, una palpable realidad.
Negarlo sería como tapar el sol con las manos. Sin embargo, lo que más parece molestar no es este punto, sobre el cual hay cierto acuerdo. Todo el desagrado parte en realidad de que sea desde afuera que se muestre el sol, de que sean los gringos los que señalen la paja en el ojo colombiano y no vean la viga en el propio.
A pesar de todo esto, la serie no es tan inofensiva. De ahí que, promediando entre las distintas posiciones sobre el caso, se esté abriendo paso una solución que consiste en cambiar el horario de exhibición, sacándolo de una franja infantil para colocarlo en una franja para adultos.
Sin embargo, esto que en principio dejaria contentos a muchos, podría terminar siendo lo más absurdo de todo, pues la cinta es, de todos modos, del nivel infantil de "Los magnificos" y su éxito radicaria, al igual que en el caso de esta película, en conquistar al publico menor. Por esa misma razón, para muchos televidentes de las 11 de la noche Miami Vice podría resultar quizá demasiado infantil, con lo cual el remedio sería casi peor que la supuesta enfermedad. --