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Al lado de Fernando Botero otros artistas colombianos han ganado gran reconocimiento en el exterior. Nuevas generaciones están atrayendo la atención de la crítica internacional.

6 de agosto de 2001

Abrirse espacio en el exterior no es fácil para ningún artista colombiano. Varios de ellos han conseguido un alto reconocimiento en el ámbito local pero muchas veces son prácticamente desconocidos para el público internacional. Algunos venden sus obras como pan caliente en las principales galerías del país pero, a la vez, permanecen en el anonimato en los más importantes centros del arte de Estados Unidos y Europa. La mayoría tienen una gran dificultad para traspasar las fronteras y no necesariamente porque su arte sea irrelevante. Por el contrario, si en algo coinciden los críticos y los curadores colombianos es en que hay un gran potencial creativo y una camada de artistas que pueden estar a la par de los mejores exponentes de México, Cuba, Argentina, Brasil y Venezuela, países que viven un momento muy especial en las artes plásticas.

Pero ¿cómo se percibe el arte colombiano desde el exterior? ¿Qué artistas están llamando la atención de la crítica? ¿Quiénes están vendiendo sus obras en otros países? El primer nombre que salta a la vista es el de Fernando Botero. Y no es para menos. Sus obras han estado expuestas en los museos más prestigiosos y hasta en lugares públicos como los Campos Elíseos, de París, y la Plaza de la Signoria, de Florencia. Además en Christie’s y Sotheby’s, las principales casas de subastas, sus obras se han vendido muy bien.

Para Eduardo Serrano, director de Asuntos Culturales de la Cancillería y uno de los principales promotores del arte colombiano en el exterior, hay que tener en cuenta dos aspectos para entender el éxito de Botero: “Hay algunos artistas que triunfan comercialmente y otros lo hacen museísticamente. Unos venden mucho, otros no tanto pero conservan los mejores comentarios del público y la crítica. Fernando Botero ha conseguido destacarse en los dos aspectos. Ha expuesto en los principales museos del mundo, pero también su obra es valorada gracias a su carácter universal. Una escultura de Botero puede ser apreciada desde Japón hasta cualquier país de América Latina”.

Algo que corrobora lo anterior es el concepto que dio a SEMANA, desde Santiago, el crítico chileno Pedro Labowitz: “Es cierto que en Chile conocemos poco las artes visuales colombianas. El artista más conocido aquí es sin duda Fernando Botero, quien hace unos años tuvo en nuestro Museo Nacional de Bellas Artes y en una galería privada dos exposiciones paralelas de su escultura. En ese entonces obsequió uno de sus caballos grandes a la ciudad de Santiago, obra instalada frente a nuestro Museo de Arte Contemporáneo, en un lugar muy adecuado. Por cierto — aunque fuese sólo por ‘Historia del Arte’ se conoce por lo menos de nombre— a Alejandro Obregón. También a Omar Rayo, quien tuviera varias exposiciones en nuestra ciudad”.

Pero dejando a un lado a Botero hay una serie de artistas que acaparan la atención de los expertos en Nueva York y Europa. Según las personas consultadas por SEMANA, la mayoría radicadas en el exterior, sobresalen Doris Salcedo, María Fernanda Cardoso y Nadín Ospina, principalmente, aunque nombres de artistas como Alejandro Obregón, Ana Mercedes Hoyos, Beatriz González, Edgar Negret, Eduardo Ramírez Villamizar y Santiago Cárdenas, entre otros, también gozan de cierto reconocimiento.

En el caso de Salcedo, Cardoso y Ospina sus obras no sólo se están vendiendo sino que también han protagonizado importantes exposiciones. “Sin duda Doris Salcedo le sigue los pasos a Botero. Ella está fuera de concurso. Obviamente por un camino muy distinto. La carrera de Salcedo se mueve sobre circuitos de arte contemporáneos como bienales y exposiciones, que no son tan masivos. Hay que tener en cuenta también la edad de ellos: Salcedo, Cardoso y Ospina apenas comienzan los 40. Insisto en que vender más no significa ser mejor. Obviamente es muy difícil, si no improbable, que alguien destrone a Botero. Es como pensar que se produzca otro Nobel de Literatura en Colombia, por ejemplo”, opina Efraín Bernal, maestro en historia del arte de la Universidad Autónoma de México y experto en subastas.

En el caso específico de las ventas Bernal aclara: “Esa es una difícil pregunta porque estamos hablando de algo netamente comercial que debe abarcar varios frentes: subastas, ventas en ferias... Y saber cifras es complicado. Sólo respondo por subastas. Además, en orden alfabético para evitar rollos: Santiago Cárdenas, María Fernanda Cardoso, Ana Mercedes Hoyos, Nadín Ospina, Doris Salcedo”. A estos nombres Ana Sokoloff, directora del Departamento de Arte Latinoamericano de Christie’s, advierte que artistas como Obregón, Negret, Ramírez Villamizar, Beatriz González, José Alejandro Restrepo María Teresa Hincapié también mantienen una buena aceptación en las subastas.

Para el crítico e historiador Carlos Jiménez, radicado en Madrid, la artista colombiana más conocida en España es Doris Salcedo, en especial por una importante exposición dedicada a la memoria realizada durante la primavera pasada en el Centro de Arte Contemporáneo de Castellón. “Además aquí circula el libro dedicado a su obra editado por Phaidon, la muy conocida e importante editorial inglesa dedicada al arte contemporáneo. Ser incluido en su catálogo es un honor y un privilegio que se disputan los artistas europeos y norteamericanos más importantes. Pero también son conocidas María Teresa Hincapié, la única artista colombiana incluida en la Bienal del Mediterráneo que, bajo la guía del conocido historiador y crítico de arte Achille Bonito Oliva, se realizó en Valencia durante el verano que terminó. Y María Fernanda Cardoso y Beatriz González, que según la critica española cumplieron un papel muy destacado en ‘Versiones’, la macroexposición dedicada al arte latinoamericano”, añade.

Curiosamente artistas que en Colombia gozan de gran demanda no tienen el mismo auge en el exterior, sin desconocer su calidad. “En el caso de Luis Luna y Carlos Jacanamijoy. Son artistas extraordinarios pero ya son muy difíciles de vender por fuera del país porque sus precios están un poco altos si se tiene en cuenta que artistas de su generación ofrecen unos precios mucho más moderados”, comenta Luis Fernando Pradilla, director de la Galería El Museo en Bogotá y quien acaba de inaugurar su propia galería en Madrid.

Para reflexionar

A pesar de este auge que están ganando nuevos artistas para Luis Fernando Pradilla el panorama podría mejorar mucho más de no ser por los trámites que implica exponer en el exterior. “No hay una política definida de fomento al arte. Se hace una exposición por aquí y otra por allá pero no hay políticas de difusión. El arte debe ser de libre exportación e importación. Colombia, a diferencia de otros países latinoamericanos, pone muchas trabas para dejar circular el arte”.

Algo similar opina Ana María Escallón, directora del Museo de la OEA en Washington, “Algo que contradice cualquier idea de globalización son todas las leyes que existen en el Ministerio de Cultura para que artistas contemporáneos puedan moverse fuera del país con alguna facilidad. Ni hablar de la cantidad de impuestos. Hay países latinoamericanos que tienen una política cultural más fuerte y decidida en el campo de las relaciones tanto nacionales como internacionales, lo que siempre permite y promueve una visibilidad mucho más importante como es México y Brasil” .

Para Ana Sokoloff, “Colombia todavía tiene un mercado muy limitado y bastante pequeño a nivel internacional. Los galeristas de Brasil y México han arriesgado mucho más. En Colombia el único que lo ha hecho realmente es Luis Fernando Pradilla con la Galería El Museo. Se podría tener un mercado más amplio pero no hay una cultura de pensar hacia afuera”.

Lo cierto es que los artistas que están sobresaliendo en el exterior están al nivel de los más importantes del mundo. El trabajo serio y la dedicación mantienen un plano relevante a lo hecho por los colombianos.