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Los Mozarts de hoy

SEMANA presenta los nombres de algunos de los más respetados compositores de la actualidad. ¿Alcanzará alguno de ellos un lugar en la historia junto a figuras de la talla de Bach y Händel?, 50852

26 de mayo de 2002

Buena pregunta, sin duda. Pero también muy complicada para responder. Por una parte habría que decir que, en efecto, hoy en día, paralelamente ?o un poco al margen si se quiere? se continúa desarrollando una música que, con sus más y sus menos, sigue la tradición de los grandes maestros del pasado... Palestrina, Vivaldi, Bach, Mozart, Beethoven, Ravel, Debussy y sus sucesores. Lo que ocurre es que durante el siglo XX hubo circunstancias radicalmente diferentes: los grandes ídolos provinieron de la denominada música popular, en tanto que la afición por la denominada música clásica ?como jamás había ocurrido en el pasado? prefirió hacer ostensiblemente de lado la creación de sus contemporáneos.

Este último fenómeno no fue forzosamente unilateral. Porque si bien es cierto que durante los siglos XVIII y XIX el compositor necesitó estar íntimamente conectado con los intereses de su público para subsistir, en el XX casi lo desconoció. Durante el siglo pasado hasta el papel del compositor varió tanto que, de hecho, fue rara avis el que hizo de la composición su medio de vida, es decir, el que consiguió subsistir con los ingresos producto de la edición de sus obras o de los derechos de autor.



Para algunos durante las décadas de la posguerra las cabriolas y piruetas de la vanguardia, más que intentar resolver un problema estético, parecieron destinadas a producir shock en un público que al asistir a los conciertos se encontró en demasiadas ocasiones con hechos, algunas veces amenos, pero más cercanos al happening que a la música misma, más concebidos para minorías intelectuales y falsas élites snobs que para el ciudadano promedio, como declaró un musicólogo.



De manera que, si bien es cierto, la primera mitad del siglo XX tuvo al menos la figura luminosa de Igor Stravinski, dictador de buena parte de las tendencias musicales en esos años, durante la segunda hubo obsesión de búsqueda y ruptura de las relaciones entre el compositor y el grueso del público que, paradójicamente, ha vivido la época más inundada de música que haya conocido la historia: la música invadió la totalidad de las actividades humanas a tal punto que el hombre consiguió hacer realidad la maldición de crear una música tan ?neutra?, que no se escucha pero acompaña inefablemente en las salas de espera y en los aeropuertos.



Por ello no debe sorprender que el ciudadano promedio ignore los nombres de los grandes compositores de la actualidad, ¡que los hay! Porque es un hecho que existen hoy compositores que, sin plantear traiciones a la ?vanguardia?, parecen atraer de nuevo el interés y la atención del público. La divulgación de su música está más ligada con el mundo de la discografía que con el ceremonial de los conciertos y los recitales. Claro, ahí aparece otra de las aristas del asunto pues son pocos, muy pocos, los artistas de gran prestigio o grandes orquestas sinceramente interesados por la música contemporánea. Y si a ello se añade el viejo adagio de que los árboles no dejan ver el bosque, pues hay que concluir que resulta por lo menos riesgoso aventurarse a decir quién, o quiénes, son la élite de los grandes compositores del presente. Esos que equivalen a Bach, Vivaldi y Händel cuando el siglo pasó del XVII al XVIII, o Haydn y Beethoven cuando el XIX vio la luz... o Ravel, Debussy y Stravinski durante los primeros años del XX.



SEMANA ha seleccionado algunos de esos nombres. Que la historia, con el paso del tiempo, los consagre o no, como a los grandes maestros del siglo XXI, esa es otra historia.