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Los Tres Mosqueteros

10 de enero de 1994

Los tres mosqueteros
Una versión fresca del clásico de Alejandro Dumas.
LOS CLASICOS SON eternos. Y por eso los directores de cine vuelven sin ningún temor a recrear las viejas leyendas literarias que han quedado preservadas del olvido, por esa virtud que tienen los clásicos de retornar una y otra vez con la misma frescura con que fueron leídos en la primera ocasión.
Así, aunque el título sea tan familiar que parezca trillado, no es raro que adultos, niños y jóvenes por igual acudan a ver la nueva versión de Los tres mosqueteros, producida por la Walt Disney sobre la base de la obra clásica de Alejandro Dumas. Para las nuevas generaciones, que quizás solo han escuchado el nombre de su protagonista, D'Artagnan, es la oportunidad de ver en acción a los héroes que acapararon la atención mundial mucho antes de que apareciera el cine a fabricar los suyos propios. Para los adultos, que guardaron la novela inmortal de Dumas hace tiempo, la película posee el atractivo de los nuevos protagonistas, todos ellos suficientemente conocidos por los seguidores del séptimo arte, sin contar con lo gratificante de revivir aquella aventura fantástica que probablemente acompañó la adolescencia.
Por supuesto, la versión de la Disney es moderna, con los toques del Hollywood contemporáneo. Sin embargo, es fiel a la aventura clásica, ese género casi olvidado en el que sus héroes no defienden posesiones ni riqueza, sino el honor y la bandera. Por eso es refrescante ver en pantalla a Keifer Sutherland, de briIlante desempeño en "Cuestión de honor", en el papel de Athos; a Oliver Platt, a quien no se le conoce el primer personaje serio en toda su carrera, protagonizando a Porthos; a Charlie Sheen, rescatado de su ridículo trabajo en Hot Shot 2, como Aramis; y a Chris O'Donell, la revelación en Perfume de mujer, caracterizando al valiente D'Artagnan. Todos para uno y uno para todos, en aras de defender al rey de las manos del malévolo cardenal Richelieu.
No será la mejor versión de la novela, pero vale la pena por su divertida frescura, pese a que el publico jamás sepa cómo escapó Athos de su encrucijada en el bosque. - ***
¿Qué tendrá en mente?
En los años que siguieron al estreno de 2001 Odisea del espacio, Stanley Kubrick alimentó cada vez más el deseo de llevar a la pantalla el tema de la inteligencia artificial, todavía más a fondo que en aquella Odisea. Pero un día abandonó la idea, resignado por no poseer la suficiente tecnología cinematográfica para llevar a cabo su plan.
Como después de Terminator II y Jurassic Park todo parece posible, Kubrick ha decidido por fin lanzarse a la realización de su proyecto AI, siglas del término Artificial Intelligence, para la casa Warner, en 1994. El reto es superar todo lo que hasta ahora se ha visto en efectos especiales, con un tema que cuestione al público.
La prostituta del rey
La historia de un monarca enamorado y su concubina.
COMO PUEDE SER el amor un asunto de Estado? El director Axel Corti intenta resolver el interrogante por medio de la historia de un monarca italiano y su obsesión por una mujer que lo hizo perder el reino.
Protagonizada por Timothy Dalton (el ultimo James Bond) y Valeria Golino (Pasion de primavera), La prostituta del rey es la precaria recreación del siglo XVIII europeo, cuando los deseos de los reyes eran órdenes ineludibles, sobre todo en el terreno sexual. En esta ocasión el rey (Dalton) se ha enamorado de una mujer (Golino) casada con su hombre de confianza en la Corte, y hace lo imposible por poseerla, incluso con la oculta autorización de su marido.
Si en un principio la historia parece interesante, el relato no logra encontrar un camino definido para evolucionar y menos para plantear alternativas que ofrezcan alguna solución al conflicto. La guerra y los urgentes asuntos de Estado que acompañan este drama pasional insulso, suceden sin la menor importancia para el director, que se queda corto en el desarrollo, dando rodeos sobre un mismo tema que se agota con el paso de los minutos, sin garantizarle al espectador una conclusión valedera, a pesar de habérselo propuesto.
En pocas palabras, La prostituta del rey ofrece el argumento, pero no alcanza a contarlo.
Ahora, Wenders
Después del ciclo de Fassbinder que culmina esta semana, el Museo de Arte Moderno, de Bogotá, tiene preparado como plato fuerte de fin de año una serie de películas del también director alemán Win Wenders, incluidos varios títulos aún no exhibidos en Colombia. A partir del 20 de Diciembre y hasta enero 5 de 1994, la sala Los Acevedo presentará ocho cortos de Wenders, inéditos en el país, al lado de largometrajes como La letra escarlata, La mujer zurda y El amigo americano, películas por primera vez proyectadas en Colombia. Además, el ciclo incluye filmes suficientemente conocidos, pero poco exhibidos, como Alicia en las ciudades, El miedo del portero ante el penalty, Movimiento en falso y Al filo del tiempo.