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MACHOS VERSUS HEMBRAS

La literatura no es masculina ni femenina y, claro, tampoco homosexual, bisexual o heterosexual.

24 de agosto de 1998

Escribe el periodista Ignacio Ramírez en 'Lecturas Dominicales' de El Tiempo que, al terminar de leer la antología Nuevo cuento colombiano 1975-1995, prologada y seleccionada por Luz Mery Giraldo y publicada por el Fondo de Cultura Económica de México, estaba muy inquieto porque había advertido que entre los 23 cuentistas que figuran en ella, solo había una mujer: Marvel Moreno. Cuenta también que cuando volteaba la última página, timbró su teléfono y que era la antologista Giraldo quien, por pura casualidad, lo llamaba para explicarle que ahora "estaba preparando una nueva antología de cuento colombiano, pero esta vez escrito por mujeres". Ramírez _nos dice_ quedó contento y tranquilo con esta aclaración. Parece mentira que a estas alturas una mujer preparada como la profesora Luz Mery Giraldo incurra en la discriminación hacia la mujer escritora o en un paternalismo por completo fuera de lugar, lo que es también una aberración. Explico: aunque existe una sensibilidad propia de cada sexo, la cual debe reflejarse en las obras, la literatura no es masculina ni femenina, es simplemente literatura. Adoptar criterios de estudio, análisis y selección distintos de la calidad revela ignorancia o falta de seriedad y profesionalismo. Un cuento es bueno, regular o malo y punto. Acoger y aceptar escalas críticas distintas de la calidad significa practicar un paternalismo que es discriminatorio. En este caso Giraldo ha utilizado una categoría de selección estraliteraria, como es la condición sexual. Si no fuera así, no estaría pensando en hacer una antología del cuento "escrito por la mujer", en la que seguramente figurarán cuentistas tan sobresalientes como Elisa Mújica, Fanny Buitrago, Albalucía Angel, Beatriz Caballero, Helena Araújo, Sonia Truque, Rocío Vélez de Piedrahita, María Fornaguerra y, otra vez, Marvel Moreno. Giraldo ha podido aceptar _y hubiera sido del todo respetable_ que la única mujer colombiana cuentista de los últimos 20 años que le interesa a ella es Marvel Moreno. Y que por eso es digna de figurar en su antología del Nuevo cuento colombiano. Así se hubiera ahorrado aquello del "cuento escrito por mujeres", una manera vergonzante de quedar bien con todo el mundo: con la literatura a secas y con las mujeres. Porque lo más contradictorio y melancólico del asunto es que son las mismas mujeres quienes propician ese paternalismo discriminatorio o, mejor, esa autodiscriminación, organizando eventos de literatura femenina a los que asisten solo mujeres y permitiendo que proliferen las antologías femeninas o realizándolas ellas. Queda así protocolizado que la literatura de verdad es la que escriben los hombres (¿ha oído el lector hablar de una antología de poesía masculina?) y que hay un apéndice mediocre, hecho gracias a amables concesiones, que se denomina 'literatura femenina' o 'literatura escrita por mujeres'. Y ellas tan campantes.