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Estos son los planos de la gallera que hará las veces de escenario central, donde los gabólogos se reunirán a discutir sobre la obra del nobel.

HOMENAJE

Macondo ‘país’ invitado a la Feria del Libro

Como homenaje a Gabriel García Márquez, su pueblo ficticio será el invitado de honor a la Feria Internacional del Libro de Bogotá.

11 de abril de 2015

Todos los años la Feria Internacional del Libro de Bogotá, que esta vez va del 21 de abril al 4 de mayo, invita a un país para que despliegue ante los colombianos lo mejor de su literatura, les muestre por medio de videos y fotografías sus paisajes más hermosos y los invite a degustar los sabores de su gastronomía. Este año –en homenaje a Gabo, quien murió hace un año en Ciudad de México- el país invitado es Macondo.

La tarea no fue fácil. ¿Cómo puede montarse en uno de los gigantescos pabellones de Corferias –lugar donde anualmente se celebra la Feria del Libro– un país ficticio que cada colombiano imagina a su manera? Los tres miembros del grupo curatorial, el director de la Fundación Nuevo Periodismo, Jaime Abello, la escritora Piedad Bonnett y el crítico literario Ariel Castillo acordaron que el pabellón no debía llenarse de folclorismos ni de caricaturas y tampoco podía ser una descripción visual de Macondo. Por eso los visitantes no encontrarán en él “una aldea de veinte casas de barro y cañabrava construidas a orillas de un río de aguas diáfanas que se precipitaban por un lecho de piedras pulidas, blancas y enormes como huevos prehistóricos”.

El Macondo de la feria –explica Santiago Caicedo, uno de los tres artistas que pusieron por obra las ideas del comité curatorial– está compuesto por cinco exposiciones que más que retratar la aldea ambientan el escenario donde García Márquez la construyó. El propio Caicedo realizó un video con imágenes de la costa colombiana, de su vegetación, sus ríos y sus ciénagas para mostrar lo que podrían ser los alrededores de Macondo. “Hacia el oriente estaba la sierra impenetrable, y al otro lado de la sierra la antigua ciudad de Riohacha… Al sur estaban los pantanos, cubiertos de una eterna nata vegetal, y el vasto universo de la ciénaga grande, que según testimonio de los gitanos carecía de límites”.

Andrés Burbano diseñó una obra en la que unas pantallas van pasando fotografías de lo que los colombianos se imaginan que podrían ser Macondo y sus personajes. Las personas pueden tomar fotos de casas campestres –imaginando que así se vería la casa de los Buendía–, de cordilleras –pensando en que así es la sierra impenetrable que colinda con Macondo-, o de ellos mismos pues tal vez sus facciones se parecen a las de Úrsula Iguarán, una mujer “activa, menuda, severa, de nervios inquebrantables, a quien en ningún momento de su vida se le oyó cantar, parecía estar en todas partes desde el amanecer hasta muy entrada la noche, siempre perseguida por el suave susurro de sus pollerines de olán”. En la página web macondo.net.co encontrará la información necesaria para que sus fotos hagan parte de la instalación.

Además de estas dos obras, la de Laura Villegas –la tercera artista del comité– se enfoca en los inventos y las novedades que llegaron a Macondo, primero con los gitanos de Melquiades y luego de la mano de los propios aldeanos. Esto, por supuesto, es solo un abrebocas de lo que se podrá ver en el pabellón.

El país invitado a la feria suele traer a sus escritores más afamados y los personajes más representativos de su escena cultural para que den charlas, y Macondo no podía ser la excepción. La aldea de Gabo estará representada por académicos, gabólogos y biógrafos del nobel que –al mejor estilo del realismo mágico- discutirán sobre la obra en medio de una gallera.

Los visitantes podrán comprar -además de los libros del nobel, cuyos derechos fueron adquiridos por Random House el año pasado- las últimas publicaciones sobre García Márquez y sobre su obra, entre ellas Macondo visto por Leo Matiz y Expedición Macondo, de Irene Vasco,  entre otros. Y para que la experiencia de Macondo apele a todos los sentidos, habrá comida típica del Caribe colombiano.

“Queríamos construir un Macondo que no le impusiera ideas concretas a los lectores y que llenara el pabellón de la particular atmósfera del Caribe” explica Piedad Bonnet. El hilo conductor de la exposición son las cuatro etapas históricas de Macondo que se describen en Cien años de soledad: la edad mítica, la edad épica –en la que ocurren las guerras–, la edad de la bonanza bananera y la de la decadencia que comienza con el prodigioso diluvio. A estos cuatro momentos los curadores decidieron añadirle un quinto. El recorrido por Macondo lleva al visitante a preguntarse si para Macondo –que es a su vez el Caribe, Colombia y América Latina– puede haber una segunda oportunidad.