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MAGIA MEDIEVAL DEL FUTURO

Un circo ruso, un director húngaro, artistas de 26 países, 3.700 sillas y 59 años de respaldo en el Tihany Music Hall, de visita en Colombia.

7 de noviembre de 1994

A PESAR DE LOS McGyver, Spielberg y los videoclips para los cuales no hay nada imposible, los circos nómadas de carne y hueso, sin ayudas digitales tienen una magia irreemplazable. En Europa existe toda una tradición enraizada en la época medieval, que transmite de siglo en siglo sus secretos. Sólo que el espectáculo de estos tiempos, sin perder su vocación artesanal, se une a la técnica.

Este es el caso del Tihany Music Hall, que mezcla por una parte la tradición centenaria de acróbatas, mujeres que se parten en dos, tigres; y por otra, sofisticados equipos hidráulicos, manejo de luces e impresionantes puestas en escena. El espectáculo, que actualmente está en Medellín, y próximamente irá a Cali y Bogotá, tiene nombre propio: Franz Tihany, un húngaro para quien la magia es un vicio que comparte con una secta mundial de adictos a los trucos que se reúnen regularmente a sorprenderse mutuamente en los festivales de todo el mundo y a reclutar a los mejores. Bajo su carpa se presentó por primera vez el mago David Cooperfield. Dé esta cacería han surgido motos que desaparecen en el aire, hombres voladores, el mejor acróbata-ciclista del mundo, un elegante trío de payasos, una cascada y las aguas danzantes, un espectacular número en el que al ritmo de la música, se unen los elementos irreconciliables del agua y el fuego, en un mano a mano con los magos de todos los tiempos.