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"MANITO" KANE

Un magnate de la prensa mexicana compra la agencia de noticias United Press International (UPI)

9 de junio de 1986

El precio de la operación fue relativamente modesto: 61 millones de dólares, de los cuales veinte son un compromiso de inversión para sacar de aulagas a la empresa en quiebra y el resto equivale a la absorción de sus deudas. Por sólo 61 millones de dolares, y al cabo de seis meses de negociaciones, un mexicano acaba de convertirse en el dueño de uno de los más vistosos símbolos del poderío norteamericano: la agencia de prensa UPI. Es como si un jeque árabe hubiera comprado la Exxon;o un polvorero de Las Cruces se hubiera quedado con la NASA.
Lo más curioso del caso, sin embargo, es que el comprador, Mario Vázquez Raña, es casi un novato en el mundo de la información. Hace apenas diez años era simplemente un próspero comerciante de muebles, dueño de la cadena de tiendas de muebles y aparatos domésticos Hermanos Vázquez. Y en 1976, como por arte de birlibirloque, apareció convertido en el propietario del primer consorcio de prensa mexicano, la antigua Cadena García Valseca, que bajo el nombre de Organización Editorial Mexicana controla hoy 62 diarios (con una circulación total de dos millones de ejemplares), multitud de emisoras de radio y una cadena de televisión. El consorcio había atravesado dificultades, y el Estado mexicano, durante el sexenio del presidente Luis Echeverría, había adquirido la mayoría de las acciones. Pero luego, de la noche a la mañana, Vázquez Raña apareció como su único dueño, sin que hasta ahora nadie haya explicado oficialmente el caso. La propia UPI calcula la fortuna actual de Vázquez Raña en mil millones de dólares.
La compra de la agencia por un mexicano no tendrá sin embargo ningún efecto sobre el tan discutido desequilibrio de la información entre el Norte y el Sur. Vázquez Raña, en efecto, la adquirió con dos compromisos: que sus operaciones informativas serán controladas por una junta independiente, y que su sede permanecerá en los Estados Unidos. La única consecuencia, pues, será la de proveer a la cinematografía mundial con un personaje digno del famoso Citizen Kane de Orson Welles, cuya carrera periodística fue inspirada en la de Randolph Hearst. Pero Vázquez Raña rechaza la idea: "No me gusta compararme con nadie". --