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MANOS A LA OBRA

Luciano Jaramillo, Gustavo Zalamea y Luis Alberto Pino vestiran de historia el nuevo edificio del Banco Cafetero en Manizales.

1 de noviembre de 1982

Apesar del atractivo premio -dos millones y medio de pesos para cada uno de los tres ganadores-- el tema corrió a mucha gente. No sólo porque resultaba difícil tratarlo con modernidad, sino porque en Colombia no existe una tradición de muralistas al estilo mexicano que era lo que se requería, en cierto modo, para tomar parte en el concurso.
Finalmente, un número bastante grande 49 pintores figurativistas enviaron sus bocetos, y tres de ellos se quedaron con el premio y con el trabajo. Ese fue, a grandes rasgos, uno de los aspectos del concurso para la elaboración de tres murales--de 3 por 6 y medio metros--abierto por el Fondo Cultural Cafetero. Mientras se dan los últimos retoques de la nueva sucursal bancaria en la capital del Viejo Caldas, los artistas seleccionados se disponen a elaborar en grande sus proyectos que deberán estar colocados en el hall principal del edificio en los últimos días del año.
Originalmente la idea era dividir la participación en tres generaciones. Una que representara a los artistas mayores de 60 años. Una segunda, a los pintores nacidos entre 1920 y 1930, de la cual sólo llegaron seis bocetos y el premio se declaró desierto; y finalmente, el grupo de creadores plásticos nacidos después de 1930.
Luciano Jaramillo, quien es conocido desde hace 20 años como uno de los creadores expresionistas de más fuerza en el país, ganó el premio por la generación de 1930-1940; a Gustavo Zalamea, un controvertido pintor figurativo surrealista, y de la misma generación de Jaramillo, se le otorgó el premio del grupo anterior, inicialmente declarado desierto. Por último, Luis Alberto Pino, un pintor y pedagogo caldense de 64 años, prácticamente desconocido en las artes plásticas, obtuvo el premio por la generación de 1910-1920.
Los tres pintores representan tendencias y una trayectoría artística claramente distintas. En el caso del boceto presentado por Pino se reúne una estructura técnica y pictórica un tanto formal, en el estilo clásico del muralismo mexicano. Quizá dentro del espíritu de lo que buscaba el jurado para los artistas de su generación, el trabajo de este caldense no podía ser más adecuado. Formado en una escuela de figurativismo tradicional, Pino es indudablemente una continuación de las construcciones muralistas de creadores como Luis Alberto Acuña, Alipio Jaramillo y Pedro Nel Gómez. Profesor de Bellas Artes en la Universidad Nacional de Bogotá por 17 años, Pino se ha mantenido alejado de exposiciones y publicidad, aunque es un pintor infatigable y capaz de plasmar en sus cuadros una belleza técnica de excelentes calidades. Su obra, "Tierra Nueva", "es un canto al arriero, a los bueyes y a todos los que participaron en la gesta de la colonización del Viejo Caldas"
Entre los tres ganadores del Concurso, Luciano Jaramillo es tal vez el más controvertido. Debido al estilo de su obra y a sus intereses como artista, fue uno de los que tuvo más resistencias para tomar parte en la competencia, a pesar de que cuenta con una relativa experiencia como muralista. El, sin embargo, no cree propiamente que en Colombia haya, como algunos piensan, una tradición muralista. "Cuando más, aquí hemos hecho cuadros grandes sobre paredes. El concepto mucho más arquitectóníco y espacial del mural no ha sido trabajado con profundidad en el país", dice.
"La familia campesina, futuro del café" de Jaramillo es una visualización gráfica--sobre un fondo de paisaje-de los servicios que deberían dar al campesino. "Su riqueza temática y conceptual, su clara lectura ilustratia del presente y porvenir de Caldas, una feliz integración de lo caligrafico y lo pictórico" justifican la decisión del jurado. Jaramillo, por su parte, reconoce que el proyecto ha sido resuelto a su manera, pero contrastando un tanto agudamente el cultivo de su expresionismo surrealista con el de un figurativismo convencional.
En el boceto de Zalamea lo único que se distingue a los ojos es el mapa del Viejo Caldas que se instala dominantemente en el centro de un conjunto de montañas, cordilleras sembradas de caminos y señales. Los comentarios del jurado, integrado por Juan Jacobo Muñoz, Germán Rubiano y Raquel Tibol, respaldan la decisión: "Es un trabajo sumamente fuerte, dominado por colores oscuros con tonalidades de grises, rojos y sepias, que salta los marcos de lo descriptivo para entrar en zonas de intuición y descubrimiento".
Sobre lienzos importados que acaban de llegar, los pintores llenarán de colores, figuras y movimientos los 25 metros destinados de la gran edificación. Por la humedad y constantes temblores que resquebrajan las paredes de las construcciones en Manizales, se recomendó a los artistas pintar los murales sobre telas que luego serán colocadas sobre el muro con poleas fijas.
Tres murales que podrán ver los manizalitas para recordar las viejas historias de esa región colombiana y una descripción de su futuro, bajo la óptica de tres artistas plásticos.
María del Pilar Prieto E.