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‘Longwall’ (2007), serie de donde surge la más reciente obra de la colombiana Carolina Caycedo.

ARTE

Menores que Jesús

¿Se producen las mejores obras en la juventud? ¿Qué dicen los jóvenes sobre la globalización? Una exposición en Nueva York de 50 artistas de todo el mundo quiere responder estas preguntas.

14 de febrero de 2009

Younger Than Jesus. Más jóvenes que Jesús. A medio camino entre la ironía y la consigna, este es el provocador título con el que el New Museum de Nueva York inaugura el próximo 8 de abril una muestra de artistas jóvenes más jóvenes, como su nombre lo indica, que Jesús? Con formatos que van desde los más tradicionales (la pintura, el dibujo y la fotografía), hasta expresiones más contemporáneas como el performance y la instalación, la animación, el videojuego y obras cuya plataforma es Internet, 50 artistas tocarán temas como la religión, la identidad, la tecnología, la globalización y los medios masivos. Una exposición única en su tipo. Además de ser la primera de las trienales dedicadas a mostrar artistas de una generación, Younger than Jesus inaugura un curioso formato de selección: un comité de más de 200 colaboradores internacionales sugirieron vía Internet artistas de países tan diversos como Argelia, China, Alemania, Líbano, Polonia y Turquía, en contravía de las tradicionales convocatorias y curadurías. Y Colombia estará presente con una obra de Carolina Caycedo, conocida desde finales de los 90 por sus trueques en la Calle del Cartucho con el Colectivo Cambalache.

Tanta novedad no es gratuita. Lisa Phillips, directora del museo, dice que esta "es una especie de primer censo artístico de una generación completamente nueva, la Generación Y". Nacidos después de 1976, la primera que creció con videojuegos, que se educó con Internet, que aprendió a hablar pegada a un celular y que se relaciona por medio de Messenger, Facebook y Xing. Un grupo de personas que, se estima, pasan un tercio de sus vidas conectados a la red, tan compleja que no hay acuerdo sobre cómo llamarla,

intentos como la Generación Net, los Mileniales, los Echo Boomers y la iGeneration se han quedado cortos? y de la que sólo se han rastreado sus hábitos de consumo. Una generación que siempre ha vivido en una realidad mediada por lo digital, de personas lo suficientemente jóvenes para haber incorporado el cambio mental que esto implica, pero lo suficientemente mayores para entender las contradicciones de la globalización. Younger than Jesus parte de la premisa de que personas menores de 33 años han propiciado "algunos de los cambios más importantes, influyentes y radicales en el arte y la historia , según Phillips. Una premisa debatible en el campo de las artes, si se tiene en cuenta que las mejores obras de pintores como Rembrandt, compositores como Beethoven y escritores como José Saramago, necesitaron tiempo, experiencia y madurez para ser producidas.

El de esta exposición es en realidad un objetivo ambicioso, pues, según Phillips, pretende "capturar las señales de un cambio generacional, su cultura visual y sus preguntas" y "a diferencia de la mayoría de las exposiciones generacionales, esta exposición no es retrospectiva sino predictiva". En pocas palabras, un experimento.

Aunque es parte de una generación si no de artistas en el término clásico de la palabra, de una que tiene la capacidad de navegar entre diferentes disciplinas -el término navegar no es gratuito, este cambio mental va de la mano con el surgimiento de las nuevas tecnologías de la información-, Carolina Caycedo es crítica: "Creo que no podemos, como generación, enfocarnos en el uso exclusivo de los nuevos medios, sino aprovechar su extenso abanico y sus posibilidades para hacer de la comunicación un proceso más humano, social, digno y responsable". YYounger than Jesus aprovechará la Internet para mostrar las preguntas que de ella surjan. Los comentarios y las sugerencias de los 200 colaboradores que postularon a los artistas de esta muestra serán publicados junto al catálogo de la exposición en una plataforma similar a Facebook.

Su tema, sin embargo, es la globalización. Inglesa de padres colombianos, Caycedo siempre ha vivido esa condición doble. Sus padres viajaron a Inglaterra a principios de los años 70, cuando todavía no había restricciones para los emigrantes ni para sus hijos. Por eso, ella es de las últimas privilegiadas en tener una doble nacionalidad desde su nacimiento. Una emigrante, pues, una extranjera desde antes de nacer, Caycedo no sólo ha mantenido esta condición durante su vida de adulta -después de graduarse de la Universidad de los Andes vivió siete meses en Nueva York, y ahora en Puerto Rico-, sino que éste es precisamente el tema de su obra.

Fiel a su historia, Caycedo en este momento le está dando las últimas puntadas a la obra individual con la que participará en Younger than Jesus. Tres pendones con tres mensajes irónicos sobre un sistema globalizado, capitalista, y la paradójica situación de los emigrantes latinos: Trust each other (parodia de uno de los lemas nacionales de Estados Unidos: In God we Trust), Don't pay taxes (escrito en la misma fuente y los colores de página oficial de cobro de impuestos en el gobierno de Bush) y, como un guiño personal a las mujeres que, como ella, son emigrantes latinas, Ni Dios, Ni Patrón, Ni Marido, que además hace referencia al título de la exposición del New Museum de Nueva York. Pero, a diferencia de lo que hizo con el Colectivo Cambalache, esta obra muestra más las contradicciones que las similitudes.

Entonces, ¿cómo se puede hablar de identidad en este momento en la era de la globalización? ¿Cómo puede el arte señalar sus contradicciones, sin renunciar a los nuevos formatos, culturas y mercados propios de esta era? Caycedo dice no tener la respuesta. Para ella, estas son las preguntas.