METALES PRECIOSOS

TAL VEZ EN NINGUNA DE LAS ARTES, COMO EN LA ESCULTURA, es tan evidente la capacidad para recrear el mundo. El simple ejercicio de tomar un material con las manos, palparlo en su estado natural y transformarlo en una nueva y practicamente irrepetible visión de la realidad es un proceso físico que evoca la creación bíblica. Cuando Miguel Angel terminó su Moises, sintió que había dado a luz con el cincel a un nuevo hombre, y no pudo escapar a la desesperación de verlo inmóvil a pesar de su perfección y de su hermosura... con un golpe deformó una rodilla del patriarca con la esperanza de hacerlo hablar. Ni siquiera su fresco de la capilla Sixtina sobre la creación debió hacerlo sentir tan cerca del Creador. Así es la escultura.

Bajo el nombre de