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"MI ANTOLOGIA DESCUBRE UN PAISAJE"

El nuevo libro de J. Gustavo Cobo Borda crea polémica pues, como siempre, muchos poetas quedan por fuera

24 de marzo de 1986

COBO BORDA JUAN GUSTAVO. "Antología de la poesía hispanoamericana". Selección, prólogo y notas del autor. México: Fondo de Cultura Económica, 1985, 518 páginas.
Observador atento del decurso de las letras, crítico agudo, polémico ensayista, prologuista frecuente, poeta de la vida breve de las cosas, Juan Gustavo Cobo Borda como feliz lector de poesía ha traducido sus gozos y sus hallazgos en un libro que de golpe se ha de convertir en un hecho fundamental para la comprensión de la historia de la poesía hispanoamericana del siglo XX. Se trata de su más reciente trabajo que el Fondo de Cultura Económica en su colección "Tierra firme" acaba de presentar a los lectores: "Antología de la poesía hispanoamericana".
El conjunto poético reúne en esta "dispersión irradiante", 67 poetas de 13 países. Y si el conjunto resulta tan altamente esclarecedor es gracias a la capacidad sugerente de su prólogo, urdido con lucidez y pasión, que es como una magnífica invitación que nos seduce para internarnos pródigamente en la lectura de los poetas propuestos.
Ahí están los nombres que siempre se esperará encontrar: Lezama Lima, Enrique Molina, Carranza, Octavio Paz, Nicanor Parra, Alberto Girri, Charry Lara, Mutis, Salazar Bondy, García Terrez, Cardenal, Enrique Lihn, Zaid Roque Dalton, José Emilio Pacheco, Jaime Jaramillo, Guiovanni Quessep. Pero también hay verdaderas revelaciones --el colombiano Jose Manuel Arango, por ejemplo-- revelaciones que renuevan el panorama y realizan esta revaloración que emprende Cobo Borda como pura aprehensión del hecho poético.
El objeto de esta antología ha sido el de reunir en un conjunto coherente una selección de textos de los poetas nacidos entre 1910 y 1939. Es decir, arranca de la generación inmediatamente posterior al modernismo fulgurante de Darío. A partir de aquí, Cobo va seleccionando las páginas que mejor representan aquella renovación poética que se vincula con lo que se llamó "La vanguardia", y luego recorre lo que el prologuista llama "el segundo mediodía (el primero fue el modernismo)", que es la poesía escrita entre 1940 y 1980.
Como quien baraja un mazo de presencias y ausencias, Cobo Borda despliega su juego antológico como un prodigioso conocedor de la poesía hispanoamericana. Si es cierto que los poemas seleccionados son necesarios y representativos, también es cierto que hay algunás páginas que faltan. Aquí, es claro, reside la naturaleza polémica del libro. Y como a su "equidad literaria" cada uno le hará sus reparos, uno no puede menos que abrir aquí sus interrogantes. Ante todo habría que preguntarse acerca de la ausencia de un poeta como Rogelio Echavarría, entre los colombianos de este período. No sólo por la excelencia de su poesía merecía este lugar de honor junto a los elegidos; es que su presencia resulta ser un mundo poético tan singular y nuevo, en su tiempo, que a través de él, de paso, podemos comprenderlo todo acerca de los poetas de la generación posterior a la del autor de "El transeúnte".
Más allá de la polémica --como dijo Borges-- el panorama es multiple y complejo; las alinidades no son tan obvias y como los vínculos de generación, o influencias comunes, poco explican, el prólogo --que más que prólogo es un ensayo-- emprende el estudio pormenorizado y la revisión crítica de esta etapa, descubriendo continuidad y ruptura, articulando los períodos, develando sus corrientes secretas para llevar al lector a un panorama poético que resulta esclarecedor y altamente diferenciado. El recorrido que realiza Cobo Borda a lo largo de las 54 páginas prologales es trepidante, a veces intrincado, pero siempre iluminado por una cultura que refleja la poesía y que Cobo la patentiza al descubrir lo esencial de los diversos estilos y al discutirlos en los márgenes de la realidad que despliega la lírica expuesta. Con razón Borges, al opinar sobre este libro de Cobo Borda, afirmó que "Más allá de posibles y aun deseables polémicas, esta antología pone las bases para el conocimiento y el análisis de uno de los conjuntos más ricos en la historia de la poesía en lengua española". Por su parte, Octavio Paz valora los descubrimientos de Cobo Borda, cuando afirma, contundente, que esta antología "abre un camino, o mejor, descubre un paisaje, una tierra desconocida". Sí, la de un mundo poético, revelado en su hospitalaria y entrañable belleza.--