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MONITOS

Los adictos a las historietas tienen ya una librería especializada.

24 de agosto de 1987

Tal vez la fascinación por los libros de historietas empezó para muchos cuando un día -domingo, por supuesto-, el periódico dejó de ser un mamotreto en blanco y negro para convertirse en la envoltura de uno más pequeño, más divertido y, sobre todo, en color: el suplemento de monitos. De ahí en adelante, el número de lectores se ha conservado, en buena parte, porque nunca se sabe si al Fantasma ya le descubrieron la gruta-calavera o si Tarzán llegó a tiempo para evitar la reducción de cabeza de una bella expedicionaria. Pero para quienes no se conforman con quedar cada domingo en punta, se creó el libro de historietas que lo dice todo de una vez. Para más señas, dentro de este mundo cada vez más especializado, los adictos a los monitos tienen su librería especializada: Tiempos Futuros.

OTRA AVENTURA DE TINTIN
Aunque el primer libro de historietas en su formato conocido apareció en 1933, y como publicación dedicada totalmente a un tema con un protagonista no circuló sino a partir de 1937, Bogotá sólo tuvo una librería especializada en 1982 cuando Gabriel Hernández, un colombiano que había vivido buena parte de su vida en Francia, encontró que el mercado para las historietas estaba abierto y era muy grande. Entonces, después de investigar el negocio con las editoriales francesas especializadas en la materia, inauguró la librería Tiempos Futuros.
Aunque el comienzo no fue fácil, la buena memoria de aquellos afortunados que un día recibieron como sorpresa de una primera comúnión un libro de "Tintín" o uno de "Asterix", y la ansiosa curiosidad de otros que combinaron la lectura de los libros de aventuras de Salgari y Julio Verne, comics de "Rico McPato", "Archie", y "La pequeña Lulú", sumadas al radar que mantienen abierto los exóticos coleccionistas de libros de historietas, permitieron que poco a poco esta librería fuera echando raíces. Aunque la librería ofrece un mayor número de libros en francés que en español, son muchos los que van a ella. "El perfil de los clientes está en un 95% constituido por colombianos que hablan o no el francés. A muchos les interesa el libro por su diseño gráfico, por las imágenes... Mi clientela, en un 50%, no tiene tarjeta de crédito: son niños que traen a la mamá, artistas o teatreros. A los intelectuales hasta ahora los estoy cógiendo", dice Gabriel Hernández.
El criterio de selección utilizado en Tiempos Futuros es básicamente la calidad literaria y editorial de los libros. "Aunque la gente aquí conoce mucho a "Tintín" y a "Asterix", en general está acostumbrada a porquerías en materia de tiras cómicas. Por lo general, sólo han salido al mercado ediciones baratas. En Colombia, el libro de historietas es considerado como literatura infantil, cuando en realidad la tira cómica áctual tiene varios nivéles de lectura que cubren gustos y entendimiento tanto de los niños como de los adultos. La tira cómica antes éra puramente humorística. Hoy en día también recoge temas que van desde lo porno, hasta las cosas políticas de más alto nivel", asegura Hernández.

EL CINE DE LOS POBRES
Alguna vez Fellini dijo: "La tira cómica es el cine de los pobres" y, efectivamente, este noveno arte que nació en Estados Unidos como hecho de prensa para atraer a los millones de inmigrantes que no sabían leer en inglés, utiliza un lenguaje que es puramente cinematográfico. Su imagen, como narrativa, es cine sobre papel, con banda sonora escrita que es, como totalidad, de consumo masivo.. Aunque la tira cómica nació antes que el cine hoy por hoy desarrolla los mismos temas que el séptimo arte. Por eso no son ajenos los temas de vaqueros en sus diferentes variantes: Blue Berry, el duro justiciero del Oeste, compite con Lucky Luck más cercano a los Spaguetti Westerns con transfondo humorístico. Por otro lado, Corto Maltese, un personaje italiano de este siglo que perfectamente podría ser protagonista de una novela, alterna en las preferencias de los lectores con "Tomás el gafo", una historieta de humor fácil tipo comedia gringa. No faltan los temas de ciencia ficción, de detectives, de novela rosa... Historietas hay para todas las edades y para todos los gustos, para niños y grandes, para intelectuales y legos.

HISTORIA PATRIA
Lo más reciente en materia de historietas, después de 4 años de trabajo, es "El Libertador". Dibujado magistralmente por el español A.H. Palacios y escrito por el francés J.P. Gourmelen, entrará a remplazar, para muchos alumnos, la acartonada y poco vívida historia que a la mayoría de los colombianos les tocó digerir en libros amarillentos de letra menuda e ilustraciones frías. Este libro, una de las últimas adquisiciones de Tiempos Futuros, empezará a competir con los tradicionales y aburridos textos de historia.
Así como "Tintín" nació en 1920 y un libro de aquella primera edición se avalúa en 350 mil pesos, y "Asterix", nacido en 1961, se cotiza por 60 mil pesos en su edición original, es probable que con el tiempo, "El Libertador" se convierta para cualquier niño criollo en un incunable de los tiempos futuros.

LOS PRIMEROS PASOS
Para trazar la historia de las historietas hay que contar también la de las tiras cómicas. Aunque Estados Unidos se atribuye la invención de los comics a partir del famoso Yellow Kid de R.S. Outcalt, aparacido en el New York Journal en 1896, la verdadera concesión que se les puede hacer es la de haber masificado este medio de comunicación, porque, para ese entonces, la historieta ya tenía más de 50 años de existencia en la prensa europea y contaba con una vieja tradición. En los siglos XVII y XVIII en Francia, Inglaterra, España e Italia, se repartían historietas en hojas volantes que narraban historias picarescas, crímenes de la época, sucesos políticos y otros acontecimientos de actualidad. Además, la tira cómica, cuya paternidad se atribuyen los norteamericanos, apareció por primera vez en Inglaterra en 1800. Sin embargo, algo que queda fuera de discusión son los rasgos que caracterizan a la tira cómica, tal como se da en el presente siglo: un dibujo de corte cinematográfico con personajes que, con su diaria aparición, refuerzan su presencia ante el lector, y unos diálogos encerrados en globos que parecen salir de la boca de alguno de ellos.
En 1896 se publicaron las primeras tiras cómicas en color, lo cual consolidó definitivamente no sólo un mercado a nivel mundial, sino también uno de los pasatiempos favoritos de este siglo. Las tiras han sido catalogadas como las versiones que el siglo XX da de los cuentos de hadas y han ido desplazando los mitos, las historias y las fábulas que las madres contaban a su hijos.
Muchas de las tiras cómicas creadas en Europa y Estados Unidos llegaron pronto al país y aún se siguen publicando: "Educando a papá", que nació en 1904; Dick Tracy cuya huella de nacimiento se remonta a 1931; "Popeye" tan viejo como la idea de que comer espinaca es bueno, levó anclas por primera vez en 1919. Así como el mundo evolucionó rápidamente en sus adelantos científicos, las tiras cómicas, fieles a su papel de reflejo de la cultura de su época, no se quedaron atrás. Desde 1934 hasta finales de la Segunda Guerra Mundial, fueron surgiendo nuevos héroes entre ellos, Superman y Flash Gordon, que dieron el brinco al celuloide, y Buck Rogers quien, con su nave galáctica y la velocidad de la luz, llegó hasta incursionar en la televisión.
Aunque todavía hoy se las ve como literatura o arte menor, es necesario reconocer que las historietas han influido ya sea por su temática, por sus personajes o por su técnica, en otros campos artísticos como la música, el cine, y el arte pop.