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"La ilusión de belleza y una fina línea que separa la locura de la cordura”. Estas palabras introducen Minus One. | Foto: Ana Vallejo

TEATRO

Minus One: Un vaivén de emociones

Hoy se presentará en Bogotá la obra ‘Minus One’ del Gran Ballet Canadiense en el Teatro Mayor Julio Mario Santo Domingo.

14 de noviembre de 2015

El Gran Ballet Canadiense de Montreal es una compañía de danza fundada en 1957, que suele viajar por todas las ciudades del mundo haciendo presentaciones que van desde el ballet clásico al contemporáneo. Después de 27 años vuelve al país para presentar la creación del reconocido coreógrafo israelí Ohad Naharín: Minus One, una obra dividida en siete piezas que conduce al público por un viaje de emociones y que ha resultado ser una de las presentaciones más exitosas de la compañía hasta ahora.

El director ejecutivo del Gran Ballet Canadiense, Alain Dancyger, dijo que Minus One ha tenido mucha acogida gracias a que los bailarines logran conectar al público con la obra que combina el ballet clásico con el contemporáneo. “El espectador puede ir de una atmósfera a otra de forma fluida, sintiendo varias cosas y aunque no siempre es de forma consciente, pasan por varias emociones”, explica Dancyger.

La obra atraviesa canciones tradicionales y populares. Viaja de la música barroca a ritmos étnicos y composiciones originales en donde más de 25 bailarines danzan con velocidades vertiginosas, saltando y girando, y luego fundiéndose en movimientos suaves y lentos.

Además, la presentación rompe la barrera entre el artista y el público; en Minus One el público también puede brillar, conformar la obra y compartir el escenario con bailarines como Mahomi Endoh de Japón; Herve Cortain de Francia; Vanesa García de España; Jeremi Raia de Estados Unidos; Sam Colbey de Australia y Vera Kvarcakova de República Checa.     
    
La mayoría de los bailarines vienen de escuelas de ballet clásico y dentro de la coreografía tienen el reto de improvisar y de dejar fluir su cuerpo sin la imposición de un paso de rutina, con lo que se puede apreciar la interiorización de la música de los artistas reflejada en el movimiento de los cuerpos.
 
“Cuando tenía ocho años el doctor me dijo que mis riñones no funcionaban y que debía sudar mucho para poder eliminar todas las toxinas de mi cuerpo. Entonces mi mamá me llevó a clases de todo tipo de danza y me dijo que me asegurara de que en clase sudara y de que sudara mucho.” Esta es una de las historias que cuentan los artistas mientras presentan su solo y llevan al público por diferentes experiencias que hacen tributo a la danza y a los bailarines.

Dancyger revela que algunas de las historias no son reales. Pero de cualquier modo hablan de la relación del bailarín con la danza a través de mensajes tan diferentes como las culturas de las que provienen los artistas: Algunas historias son emocionales, otras graciosas, otras locas, otras descubren al público algo muy íntimo. Es precisamente por esta razón que la obra es tan exitosa”.

La experiencia del Gran Ballet no ha sido solo en el show. Dancyger asegura que una de los mejores recuerdos que se llevarán de Colombia es haber contado con la asistencia de 250 niños de la comunidad de Santa Rosa en Medellín que por primera vez iban a ver Ballet. “Todos sentíamos una gran responsabilidad y queríamos que fuera un momento memorable, ya que era la primera vez que iban a ver ballet, los artistas hicieron y hacen todo lo posible para que ver Minus One sea un momento que los espectadores puedan recordar con el pasar de los años”.