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Ojo agudo

En la exposición 'Las miradas de Manuel H.', la Biblioteca Nacional recoge más de 100 fotografías de diferentes momentos de la producción de un símbolo de la reportería gráfica del país.

2 de febrero de 2004

Si Manuel H. no te ha retratado ¿entonces para qué has vivido?". Esta frase, escrita en un pequeño cartel amarillo dispuesto sobre la entrada de su estudio, da la bienvenida a todos los visitantes que acuden al fotógrafo Manuel H. Rodríguez, uno de los símbolos de la reportería gráfica del país. Y una vez dentro del lugar, en el segundo piso de una casona republicana en pleno centro de Bogotá, lo primero que salta a la vista es un retrato gigante en blanco y negro de Luis Carlos Galán que sirve de antesala al más de medio millón de fotografías que reposan en los archivos del fotógrafo: desde sus primeros retratos al legendario torero 'Manolete' en 1946, hasta la posesión de Lucho Garzón como nuevo alcalde de Bogotá. Desde los registros más dramáticos del 9 de abril de 1948, tras el asesinato de Jorge Eliécer Gaitán, hasta una fotografía de María Mercedes Carranza poco antes de su muerte, ocurrida el año pasado.

"Me parece a mí que quien toma fotos hace historia. Ese es mi propósito", comenta Manuel H., mientras revisa viejos archivos de negativos, perfectamente numerados y guardados con su fecha exacta, año por año, y que dan fe de cada registro que ha hecho con sus cámaras. "Ahora uso una Nikon pero cuando empecé usaba una Rollei Flex", dice.

A pesar de que sus primeros trabajos estuvieron relacionados con la tauromaquia (parte de ellos publicados en la revista Estampa) el hecho que marcaría su vocación como fotógrafo fue el 'Bogotazo'. Ese día, en medio de los disturbios, Manuel H. salió a las calles a registrar todo lo que pasaba. Una de esas fotografías al cadáver de quien fue acusado de ser el asesino de Jorge Eliécer Gaitán consagró su naciente carrera en la reportería gráfica. "El 9 de abril hubo tanto muerto que a todos los llevaron al Cementerio Central y los amontonaron. Yo me acuerdo caminando encima de los cadáveres y encontré uno totalmente desnudo. Le tomé la foto, los médicos lo revisaron y resultó ser Roa Sierra". También recuerda la reacción de un grupo de gente que había saqueado una joyería y que al verlo tomando fotos del hecho, trataron de quitarle la cámara, no sin antes perseguirlo por varias cuadras del centro de Bogotá, "menos mal yo era muy rápido y no me dejé alcanzar".

Pero no sólo ha registrado hechos trágicos. Su habilidad para el retrato le ha permitido dejar un registro completo de las principales personalidades del país en todos los campos. "El que más me costó fotografiar fue al presidente Alfonso López. Ese me dio duro. Con los que mejor trabajé fue con los presidentes Guillermo León Valencia y Belisario Betancur". Y con orgullo muestra fotografías del equipo Los Millonarios con todas las figuras de 1950, de Belisario Betancur revolcado por un toro, de Alberto Lleras Camargo aplaudido en la plaza de toros cuando se estaba gestando la oposición al gobierno de Gustavo Rojas Pinilla, de la 'Loca' Margarita, del matrimonio de Ingrid Betancourt. Pero también de los cambios que ha vivido Bogotá en las últimas décadas no sólo con amplias panorámicas sino con detalles de espacios representativos de la capital como la Plaza de Bolívar, el monumento a Los Héroes, el aeropuerto El Dorado, el estadio El Campín y, obviamente, la plaza de toros.

"¿Qué es un reportero gráfico? ¿Qué cualidades debe tener? Encontramos que deben primar sus cualidades: el poder de captación, ubicación e intuición innata de la noticia, así como el tacto y la agilidad física y mental. Considerar la importancia de su misión, ubicarse en el mejor sitio y ángulo sin pretender ser el personaje destacándose en primer plano, debe tener reflejos especialmente sensibles para obturar en el momento preciso", escribió en 1978 cuando estuvo al frente del Círculo Colombiano de Reporteros Gráficos.

Parte de su extenso trabajo se puede apreciar por estos días en la Biblioteca Nacional de Bogotá en la muestra Las miradas de Manuel H, dividida en tres temas: Personajes, Ciudad e historia y Mundo taurino. Más de 100 fotografías están dispuestas en el hall central y hacen referencia a hechos históricos como el incendio del edificio Avianca, el 'Bogotazo', a la única Miss Universo colombiana, quien para bajarse de un avión a su llegada a Barranquilla tuvo que usar unas escaleras de madera ya que éste no tenía unas propias. También se puede ver la inundación de la Avenida Jiménez y unas corridas de toros en el parque de Lourdes de Chapinero, y retratos de Enrique Grau, León de Greiff y César Rincón, entre otros.

En la exposición también están exhibidas las cámaras que Manuel H. ha empleado durante sus 60 años de oficio, además de revistas y artículos que hablan de su labor. "La cámara guarda la vida, el fusil la acaba". Esta, según él, es su consigna y por eso ahora está obsesionado con el tema de la ciclovía. "Veo tanta tranquilidad, gente disfrutando, tanta gente buscando vida que me parece uno de los mejores contrastes a tanta violencia". Tiene más de 80 años y no para de trabajar. Los aficionados a la fiesta brava lo han visto por ahí, en la Santamaría, con su cámara tratando de captar algún detalle de la faena que nadie más podrá ver. En su estudio los clientes entran y salen. Y no salen defraudados. Por 40.000 pesos vale la pena que Manuel H. les tome un buen retrato que, como indica la consigna a la entrada, les dé una razón para haber vivido.