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OLVIDATE DE PARIS

Una comedia tradicional con ácidas reflexiones sobre la relación de pareja.

8 de abril de 1996


DIRECTOR: BILLY CRYSTAL
PROTAGONISTAS: EMMA THOMPSON, ALAN RICKMAN, KATE WINSLET Y HUGH GRANT.

LO QUE APARECE en la primera mitad de esta comedia es poco menos que la historia de El beso francés pero sin su gracia y con una fotografía pálida y sin pretensiones. El director, guionista y protagonista Billy Crystal se hace un desteñido canto a sí mismo, en el que aparece enamorando a una norteamericana (Debra Winger) bajo la magia de postal de la torre Eiffel y cuanto cliché pudieron recoger sus cámaras en la Ciudad Luz.
Pero la historia, que no es contada directamente sino a través de los relatos de sus amigos a una tercera persona, durante el filme va cogiendo peso y llega a proponer una visión divertida y pragmática sobre el eterno dilema de la pareja. La conclusión es que la convivencia sólo será posible dejando atrás los tonos dorados de la luna de miel para aterrizar en la realidad mate de la cotidianidad. Y es precisamente el modo de su narración, con sus elipsis, interrupciones, comentarios de los amigos cercanos y repercusiones en una pareja próxima a contraer matrimonio lo que salvan al argumento de inundarse en sus lugares comunes. También habría que reconocer el nivel de las actuaciones, que logran todas un promedio bastante aceptable, aunque la simpleza de la historia consigue opacar a la excelente actriz Debra Winger, quien lastimosamente no ha tenido mucho juego en las últimas superproducciones de Hollywood.