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En este nuevo montaje participan el director Rinaldo Alessandrini y la cantante Sara Mingardo, estrellas indiscutibles del pasado Festival Internacional de Música de Cartagena.

MÚSICA

Soñar no cuesta nada

Esta versión de ‘Orfeo’ de Monteverdi en la Scala de Milán es magistral. Es además una oportunidad de ver en escena una de las grandes obras de la historia de la ópera.

Emilio Sanmiguel
23 de noviembre de 2013

ORFEO 
Claudio Monteverdi
Opus Arte/Rai Trade, 2011

El Teatro alla Scala de Milán, que es la meca de la ópera italiana, no es muy proclive a la puesta en escena de óperas antiguas. Porque su tradición apenas se remonta a finales del siglo XVIII y porque su enorme escenario no resulta ser el más adecuado para el montaje de la ópera barroca de dimensiones más íntimas que los grandes dramas del siglo XIX.

Esta es una excepción. Una gloriosa excepción. Se trata de la puesta en escena de la ópera más significativa de los inicios del barroco, el Orfeo de Claudio Monteverdi. Para ser precisos, la Fábula de Orfeo de Monteverdi. Si Monteverdi no hubiera escrito su Orfeo, la historia de la ópera habría sido muy distinta. O no se habría escrito ninguna historia.

Dafne de Jacopo Peri, de 1597, fue la primera ópera. Un experimento muy audaz de la Academia Florentina pero, aparentemente, no demasiado entretenido porque la música estaba demasiado maniatada como para seducir a los espectadores. Monteverdi se encargó de hacerlo en 1607 con su Orfeo, que se estrenó en el salón de los espejos del Palacio Ducal de Mantua. Orfeo es el dios de la música y ella es la esencia misma del espectáculo: su poder es el encargado de jalonar el argumento y la orquesta tiene una importancia y una complejidad sin precedentes en sus relaciones con la teatralidad del drama.

Para no dar tantos rodeos, sin proponérselo Monteverdi se inventó el aria que por siglos ha sido la sangre de la ópera, porque es el momento cuando todo se detiene y la música reina en el escenario. Lo demás es historia. Monteverdi se trasladó a Venecia, donde había sed de entretenimiento porque el dinero navegaba por los canales. El autor pudo representar su ‘fábula en música’, que fascinó a los venecianos, y luego escribió otras óperas. 

Esta ópera en la Scala milanesa no es la primera que se lleva al vídeo: están las formidables versiones de Harnoncourt/Ponelle de la Ópera de Zúrich, Savall/Deflo para el Liceo de Barcelona y la de Stubbs/Audi en la Ópera de Holanda (donde Eurídice es representada por la colombiana Juanita Lascarro), pero sí el primero en el formato Blu-Ray cuya imagen y nitidez lo ponen en otra categoría.

La dirección musical de este Orfeo de la Scala es de Rinaldo Alessandrini con su orquesta Concerto italiano, que fueron los grandes protagonistas del pasado Festival Internacional de Música de Cartagena y regresan dentro de unas semanas para tomar parte en el mismo. Los personajes de Silvia y La Esperanza están a cargo de Sara Mignardo, que fue la indiscutida estrella solista del mencionado festival. La propuesta dramática es de Robert Wilson, una de las leyendas del teatro moderno, cuyos trabajos han sido vistos en anteriores versiones del Festival Iberoamericano de Teatro. 

Y al final he pasado por alto lo más importante: este Orfeo de la Scala es, desde todo punto de vista, magistral.