Home

Cultura

Artículo

Mario Galeano con el primer trabajo de su sello SalgaelSol.

iniciativa

Operación rescate

Mario Galeano busca reeditar joyas olvidadas de la música colombiana. ‘The Speakers en el maravilloso mundo de Ingesón’ es su primer logro.

12 de mayo de 2007

Casi nadie en Colombia sabe que The Speakers en el maravilloso mundo de Ingesón, un disco grabado en la calle 22 pocos pasos arriba de la carrera séptima, en Bogotá, es considerado una joya del rock sicodélico de Latinoamérica y que existen coleccionistas en el mundo entero dispuestos a pagar miles de dólares por una copia en buen estado de la edición original.

Incluso, que en Colombia hubo alguna vez un grupo de rock bogotano llamado The Speakers era algo que muchos no sabían.

Hasta hace pocos años Mario Galeano era uno de ellos. Pero cuando estudiaba música en Holanda, descubrió por casualidad que el rock en Colombia no había nacido en 1988 con el Concierto de Conciertos Bogotá en Armonía. Se enteró de que mucho antes de Compañía Ilimitada y Pasaporte habían existido Génesis, Malanga y la Banda Nueva, a quienes habían precedido los Speakers, los Flippers, los Young Beats, 2 + 2, La Gran Sociedad del Estado, Columna de Fuego, Time Machine...

Entonces Galeano decidió transformar su sorpresa en obsesión. Se puso a escarbar, a buscar a los protagonistas de la historia, discos, cintas, fotos y recortes de prensa.

No era una tarea fácil. A comienzos de los años 70, cuando el movimiento roquero colombiano comenzó a languidecer, muchos músicos emigraron en busca de mejores horizontes. Uno de ellos es Roberto Fiorilli, ex integrante de los Speakers, quien está radicado en Italia desde 1974. Fiorilli le ayudó a reconstruir la historia.

En 1968, Humberto Monroy, Rodrigo García y Roberto Fiorilli, influidos por el espíritu de la sicodelia, grabaron en los estudios de Ingesón el que sería su último álbum. Manuel Drezner, dueño del estudio, acababa de comprar nuevos equipos y le parecía que los Speakers sabrían sacar provecho de las nuevas técnicas para experimentar. No les cobró ni un centavo y como única contraprestación les pidió que apareciera en algún lado el nombre del estudio. De allí el título del álbum. Los Speakers financiaron el proyecto y lo lanzaron de manera independiente bajo el sello Kris. Era mucho más que una colección de 12 canciones. Traía un libreto de 12 páginas con fotos de los tres músicos, dibujos de Carlos Granada y Augusto Rendón, y un texto del poeta antioqueño Darío Ruiz.

El álbum fue un fracaso comercial pero, con el paso de los años, los coleccionistas de rarezas comenzaron a valorarlo. Aparecieron diversas ediciones piratas sin el álbum de fotos, entre ellas una en México que ha hecho pensar que el grupo era mexicano, y otra de 1993 a nombre de la banda Kris Kingle. Sobra decir que ni los herederos de Humberto Monroy, ni García ni Fiorilli han recibido ni un centavo.

Galeano acaba de reconstruir este álbum y lo hizo con todas las de la ley. Para recrear su verdadero espíritu y publicar de manera legible los textos que acompañaban las fotos utilizó un formato bastante más grande que el de un CD. Trabajó con los artes originales de los dibujos y las fotografías, y a las 12 páginas le agregó cuatro más con la historia del álbum y material gráfico adicional. Y, lo más importante, revivió un episodio único en la historia del rock de Colombia y tal vez de Latinoamérica.

Es apenas el primer paso del esfuerzo de Galeano, que lleva la marca de su sello SalgaelSol, y de la página web www.salgaelsol.com. Su propósito es reeditar otros álbumes del rock nacional de aquella época. Ya tiene en mente reeditar material de Siglo Cero y de La Columna de Fuego. Pero Galeano no quiere limitarse al rock. “Me interesa rescatar el trabajo de varias bandas caleñas de salsa de comienzos de los 70”.

Galeano, con su esfuerzo personal, ha comenzado un nuevo capítulo. Recuperar el material disperso de los 60 para ayudar a rescribir una historia muy rica y diversa, que fue mucho más que Vicky, Harold, Óscar Golden, el go gó y el ye yé.