Home

Cultura

Artículo

OTELO

ESTA VERSION MODERNA DEL CLASICO DE SHAKESPEARE NO CORRE NINGUN RIESGO QUE LA DESTAQUE DE SUS ANTECESORAS., 29490

22 de julio de 1996

Director: Oliver Parker
Protagonistas: Kenneth Branagh, Irene Jacob, Laurence Fishburne, Nathaniel Parker, Michael Maloney
La crítica internacional no ha sido en general muy benévola con esta nueva versión de Otelo, una de las más populares tragedias de William Shakespeare al lado de Hamlet y Romeo y Julieta. Y la verdad es que las razones sobran. Luego de las versiones de Orson Welles, en 1952; Sergei Yutkevitch, en 1955, y Laurence Olivier, dirigida para el cine por Stuart Burge en 1965, el montaje propuesto por Oliver Parker simula ser muy moderno. Parker, quien se ha dado el lujo de interpretar a Yago en el teatro en más de una ocasión, intenta presentar una interesante visión de la tragedia. La que va narrando el propio Yago sobre la suerte de su comandante. La fuerza del drama no recae ya sobre Otelo y sus enceguecidos celos, ni sobre Desdémona, su fiel esposa. Es Yago quien urde la trama y él se encargará de que el público lo sepa. El experimentado Kenneth Branagh -quien a propósito está dirigiendo actualmente la que él mismo ha bautizado como la versión monumental de Hamlet- interpreta a un Yago despiadado y astuto. Pero la fuerza de su trabajo no recibe la reciprocidad debida de su compañero de escenario, Laurence Fishburne, quien representa a un Otelo caricaturesco en quien los ataques de celos son demasiado forzados como para ser reales, mientras Irene Jacob, aparte de su belleza, pasa inadvertida en su papel de Desdémona. Independientemente de estas características, el Otelo de Oliver Parker no ofrece al espectador ningún riesgo, ninguna novedad en su visión. Su Yago es apenas un tímido guiño de un análisis que quedó por fuera: el de la naturaleza del odio de Yago hacia su general. Por lo demás, la de Parker es una simple recitación del texto de Shakespeare que, no obstante, sirve para iniciar de alguna manera al espectador desprevenido en el mundo shakespereano.