A mediados del siglo XVI el filósofo Maxim Grek afirmó: "Les conviene a los llamados pintores de iconos perseguir en todos sus actos el bien y no deberán ser ni blasfemos, ni sacrílegos ni lujuriosos ni borrachos ni calumniadores ni habituarse a las malas costumbres. Porque los pecadores no serán admitidos a tal oficio santo".
Esa afirmación describe, de alguna manera, los requisitos que se necesitaban para realizar los iconos que darían testimonio de la espiritualidad del pueblo ruso, de la tradición de la Iglesia Ortodoxa y de su visión sobre Dios. Según algunos historiadores rusos los pintores, antes que nada, pedían la bendición, guardaban ayuno, oraban durante el día y vestían ropa especial para realizarlos. Se estima que desde el siglo XVII ya existían tratados, métodos y reflexiones de filósofos sobre el arte de hacer iconos que hacen referencia a textos bíblicos y a la vida religiosa del pueblo ruso.
Para el historiador N. Bikiéniva, desde antes del año 1000 se fue gestando la tradición de trabajar sobre iconos. Al comienzo se realizaban sobre madera: desde tilo hasta el pino. Primero había que dejarla secar durante años para luego trabajarla con diferentes instrumentos. Sólo hasta finales del siglo XIX, cuando empezó a darse la restauración de estos iconos, se conoció el minucioso proceso que precedía cada obra. En 1913 se llevó a cabo en Moscú una exposición que mostraba sus detalles, como la división de la tabla en varias partes (si se trataba de un gran tamaño), reforzadas con travesaños de madera, la disposición de tejidos que servían de capa protectora, la selección del color, que provenía de elementos minerales, y los innumerables estudios previos del dibujo.
Una importante muestra de estos iconos se podrá ver desde esta semana en la Biblioteca Luis Angel Arango de Bogotá. Con la curaduría del colombiano Juan Camilo Sierra y de Iekaterina Seleznava y Nadiezhda Bekeneva, de la Galería Tretyakof de Moscú, se hizo una selección de 53 iconos rusos realizados desde el siglo XVI hasta el XIX. Al igual que hace tres años, cuando la Biblioteca presentó a los pioneros del arte moderno en Rusia, en esta oportunidad también gracias a la Galería Tretyakof se hace posible esta importante muestra. Según Sierra los iconos son obras que los pintores no hicieron por iniciativa propia sino que están predeterminadas por unos lineamientos que rigen la espiritualidad y la forma de vida de la época. La exposición estará abierta al público durante tres meses.