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PARA SALIR DEL PASO

Poco constructiva la nueva colección de guías de lectura de los grandes clásicos

19 de agosto de 1991


HAN VENIDO apareciendo en los últimos meses una serie de guías de lectura con el sello editorial de Oveja Negra. Verdaderos libros de bolsillo en los que, en poco más de 50 páginas, se reseñan y analizan las obras clásicas de la literatura universal y de la colombiana. En una maratoniana operación, se han lanzado ya 100 títulos con buena parte de aquellos libros que todo el mundo debe leer. Ahí están desde los griegos inmortales hasta los costumbristas de Eduardo Caballero Calderón.

A pesar del reducido espacio, los autores alcanzan a incluir en cada tomo una biografía del escritor, una descripción de los protagonistas de la obra, un recuento de los principales hechos de cada capítulo y un análisis literario.

No hay que hacer mayores esfuerzos para descubrir que la colección está dirigida a los estudiantes de bachillerato. Están diseñados de manera que puedan satisfacer los interrogantes de los profesores de literatura cuando pretenden comprobar si los jóvenes leyeron o no el libro exigido. No es la primera colección de este tipo que se edita. Pero, indudablemente, se trata de un arma peligrosa, que puede llevar a que en un país en el que se lee tan poco, ahora se lea aún menos. Y, paradójicamente, aparece en un momento en el que varias instituciones se han dado a la tarea de fomentar la lectura.

Lo curioso es que no puede decirse que funcionen para quienes tan sólo desean recordar un texto leído años atras.
Los términos del análisis y de las descripciones no dan la talla de un buen lector, que, en tal caso, desearía encontrar textos iluminantes, nuevos enfoques de la obra, comentarios de otros escritores, datos novedosos, la relación entre lo escrito y lo vivido por el autor, datos que permitan ubicar al escritor en una escuela determinada, información sobre sus contemporáneos. -