Primicia mortal

Esta es una comedia oscurísima sobre el trabajo en el mundo de hoy que se muestra como una actividad apenas para monstruos disfrazados de humanos. Son vampiros que se alimentan de la miseria ajena y de su dolor, psicópatas que nada saben de empatía o de ponerse en zapatos ajenos. Esto es el sálvese quien pueda más horripilante, aunque con un lado cómico: quién se iba a imaginar que tanto horror se fuera a agazapar tras una sonrisa mecánicamente amigable, un apretón de manos firme, una entonación segura, tras una cantidad de gestos humanos supuestamente deseables.

El protagonista es Lou Bloom (Jake Gyllenhaal), un tipo medio perdido y ansioso por aprender cualquier oficio que le ayude a ganarse la vida. A su favor tiene las características que lo hacen un empleado ideal del presente: es un tipo proactivo que busca siempre mejorar, que no tiene ningún reparo moral para hacer lo que se requiera de él y que sabe mirar a los ojos a su interlocutor mientras repite ardorosamente la retórica vacía de los discursos empresariales más gaseosos que flotan por internet.

En contra tiene cierta inhabilidad para entender lo que su interlocutor espera de él. En su primer intento de conseguir empleo, le pide trabajo a un acopiador de chatarra a quien le acaba de vender una carga de metal recién robado. “Muchos jóvenes están aceptando posiciones sin pago como un primer paso. Es algo que estoy dispuesto a hacer”, le dice a su jefe en potencia. Pero la respuesta es cortante: “No voy a contratar a un maldito ladrón”.

Gyllenhaall aprovecha sus ojos grandes y su sonrisa recta para darle a Bloom un barniz amable, aunque dejando ver en esos mismos ojos destellos de un delirio apenas controlado. El oficio que encuentra por casualidad para aprovechar sus talentos es el de videoperiodista freelance, así recorre los barrios ricos de Los Angeles buscando escenas de violencia y sufrimiento que le vende a los noticieros matinales, que pueden así mantener a sus espectadores con el hechizo eterno de una zozobra que se materializa a veces.

En el cine clásico de Hollywood no había profesión más desprestigiada y moralmente dudosa que la del periodista. Eran sabuesos interesados en noticias vistosas sin importarles el costo humano detrás de los titulares (su máximo ejemplo es la oscurísima Ace in the Hole, de Billy Wilder). Primicia mortal hace parte de esta tradición aunque la lleva un paso más allá: cualquier llamado a la decencia o a la humanidad es acallado antes de que surja.

La película tiene lugar sobre todo de noche y el espacio que recorre Bloom es una tierra de nadie, con la belleza extraña de los espacios públicos melancólicamente desiertos donde todos se han ido sin apagar las luces de neón, que quedan palpitando con jovialidad enfermiza.

Dan Gilroy, que tras ser guionista (escribió la más reciente entrega de la saga Bourne), pasa acá por primera vez a la dirección, tiene un ojo agudo para mostrar tanto la belleza como la inhumanidad de su ciudad natal.

Cartelera **** Excelente  ***½ Muy buena   *** Buena   **½ Aceptable  ** Regular  * Mala

Petecuy, la película *1/2

Filmada en un barrio marginal de Cali, esta cinta pasa más tiempo autoalabándose que contando la vida de sus protagonistas.

Stockholmh **1/2

Película española que sigue casi en tiempo real la noche y el día siguiente del encuentro entre un chico y una chica.

Jardín de amapolas **

Película colombiana, con actores naturales, que cuenta la historia de un desplazado que trabaja en un campo de amapolas.

Exodus: dioses y reyes ***

Ridley Scott muestra el encuentro sobrecogedor de este hombre con su dios, dejando lugar para peleas, cabalgatas y explosiones.