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PATRIMONIO

Otra joya de América

Al declarar patrimonio de la humanidad al Qhapaq Ñan, la red de caminos que recorre la costa Pacífica de Suramérica, la Unesco reconoce el poderío y la magnificencia del Imperio de los Incas.

28 de junio de 2014

Pocas obras demuestran tanto la grandeza del Imperio de los incas como su red de caminos. Es legendaria la anécdota de que el inca (emperador) podía comer pescado freso en Cusco, tal era la eficiencia de los chasquis que recorrían esas rutas empedradas.  Los caminos pasaban por desiertos interminables, selvas tropicales, tierras sembradas y subían hasta los fríos picos de los Andes a 5.000 metros de altura sobre el nivel del mar. Ese entramado de vías, conocido como Qhapaq Ñan conectaba a los actuales territorios de Colombia, Perú, Chile, Ecuador, Bolivia y Argentina.

Cuando en el siglo XV la civilización del Cuzco comenzó a tragarse a sus vecinos hasta convertirse en la indiscutible reina del sur, parte de los caminos ya estaban ahí, construidos por tribus pre-incaicas. Y con la llegada de los orejones, como les decían los españoles, la red vial adquirió una dimensión continental y sirvió para unificar al imperio, acrecentar su potencia militar y fomentar el comercio. Las mismas vías que le permitían al inca tener las riendas de su territorio, llevaron a Francisco Pizarro y a sus españoles hasta Cajamarca donde emboscaron a Atahualpa y definieron el futuro del imperio y del continente.  Hoy los indígenas de las regiones siguen usando partes de esas vías ancestrales, como testimonio de una civilización que se niega a desaparecer del todo. 

Muro

El Qhapac Ñan recorre Colombia a orillas del Guaitara en Nariño. Para proteger el empedrado de las aguas del río los incas construyeron cuencas, y para cuidar las cosechas de las pisadas de los ejércitos alzaron muros de piedra. 

Puente

Los incas construyeron varios puentes colgantes con fibras vegetales trenzadas. El tipo de planta varía entre el mimbre, el maguey o el lloque dependiendo de la región. Muchos fueron quemados durante la conquista.

Camino Real

Es el más importante y recorre 5.200 kilómetros desde Quito a Argentina por entre los picos andinos. Los turistas suelen caminar un pequeño tramo para ir a Machu Picchu. En el trayecto hay escalinatas de piedra que facilitan las inclementes subidas. 

Desierto

El diseño de las vías cambia con la topografía y en los casi desérticos terrenos de Bolivia los incas tuvieron que ser recursivos con los materiales. El camino recorre el imponente Titicaca y pasa por lugares sagrados donde el pueblo aimara aún hace sus rituales.

Paisaje

Casi paralelo al Camino Real está el más cercano a la costa. Este no es empedrado pero sus bordes están delimitados por una línea de piedras. El valor del Qhapaq Ñan, además de ser una obra maestra de ingeniería, está en la variedad y la belleza de sus paisajes.