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QUE HAY DE NUEVO EN MACONDO

El premio de Novela Colombiana Plaza & Janés pone al descubierto que la influencia garcíamarquiana ha dejado de existir.

25 de mayo de 1987

Lo único que le estaba haciendo falta a Medellín le acaba de ocurrir: está inspirando a los más celebrados escritores del momento. Se había dado antes con "Tuyo es mi corazón", de Juan José Hoyos; se continuó demostrando con "Los días azules" y "El fuego secreto", de Fernando Vallejo y se acaba de ratificar con "Para antes del olvido", de Tomás González, un paisa que acaba de ganarse el V Concurso Nacional de Novela Colombiana Plaza & Janés.
Además de este hecho, lo que mostró el premio este año es también algo que venía gestándose, pero que en esta oportunidad se confirmó: el modelo García Márquez, su manera de contar, su todo, ha dejado de ser la ventana por la que se fue durante quince años una buena parte de los escritores colombianos.
Para obtener el premio de 500 mil pesos, anticipados sobre un porcentaje del 10% sobre el precio de venta y la edición de 15 a 20 mil ejemplares, la obra de González tuvo que competir contra otras doce semifinalistas, seleccionadas por el jurado previamente a la noche de "coronación" el 23 de abril: "Largo ha sido este día", "Esposa o amante", "Deborah Kruel", "Torbellino del tiempo" , "Luisa, o el infierno rosado", "Un periodista en la corte del diablo", "Nietzche, Tarzán y el pistoletazo", "A la sombra de tu paso", "La última inocencia", "Ruth", "El asesinato en la tierra del cóndor" y "Angélica, un recuerdo". Además de este primer premio se otorgó, como es costumbre en este concurso, un premio a la novela finalista, o sea, a la novela que por puntaje en la votación del jurado siguió en línea a la obra ganadora. Este año ese puesto lo ocupó "Largo ha sido este día" del escritor cienaguero José Manuel Crespo. Según el jurado esta novela se hace acreedora a los 250 mil pesos y el derecho a una edición que oscile entre las 15 y 20 mil copias, porque "la especie de magia que se sostiene a lo largo de sus apretadas 200 páginas, donde uno la abra, y empiece a leerla queda cautivado por la profunda y poética evocación del pasado. Está centrada en una ciudad, Ciénaga, y es una especie de memoria múltiple o de conciencia colectiva escrita con gran ritmo poético, y con una musicalidad sostenida". Pero antes de llegar a estas conclusiones, el jurado tuvo que empezar por deshilvanar el telón de fondo que se presentó el día 15 de diciembre de 1986 cuando se cerró el tiempo límite para la admisión de todos los originales.

EL C-100
Para el concurso de este año fueron inscritas cien novelas de las cuales cumplieron a cabalidad los requisitos ochenta y seis. Esta cifra no es despreciable y más si se tiene en cuenta que significa un. incremento del 85% en comparación con las 55 obras presentadas en 1985. De este número de novelas resultó una mayor versatilidad en el campo temático en el cual básicamente, en esta oportunidad, predominó el argumento que gira en torno al elemento pareja, donde el tema sexual aparece marcadamente. Así pues, se descubre una trama que trata asuntos románticos no solamente al estilo Corín Tellado, "Al sur del edén", sino también dentro de la forma que aprovecha baladas o rancheras a partir de una narración tipo diario, como en el caso de "Esposa o amante". Por esta misma línea del romanticismo, pero dando un pasito más allá, se presentaron novelas de temática con corte de "dulce" erotismo, "Luisa o el infierno rosado". Y, dando un desparpajado brinco, novelas sicológicas donde se recogen las vivencias y subjetividades que abiertamente invocan "Anhelos de adulterio". Las novelas de ficción y costumbristas también hicieron su aparición en este popurrí temático. Tampoco se quedaron atrás, en este país del Sagrado Corazón, las que desarrollan el tema de la guerrilla, "Los llamados del viento", o el de las encumbradas artimañas del narcotráfico, "Asesinos en la tierra del cóndor" .
Del mismo modo como la temática cubrió varios aspectos, los autores de estas novelas representan una buena parte del mapa nacional: en Bogotá se inscribieron cuarenta y siete novelas; en Medellín seis; en Cali y Barranquilla cinco, respectivamente. Autores de Popayán, Cartagena, Pasto, Manizales y Montería aportaron de a dos en dos en un total de diez novelas, y con una novela se inscribieron escritores de Bucaramanga, Armenia, Amagá, Palmira, Pamplona, Ciénaga, Ibagué, y Quibdó. Solamente una novela, la ganadora, fue mandada del exterior.

NO JURAR EN VANO
Con el fin de constituir un jurado que reuniera criterios claros, en lo que atañe al panorama literario nacional, y que garantizara una rigurosidad en la apreciación de las novelas, fueron nombrados Fernando Soto Aparicio, escritor; Eduardo Pachón Padilla, literato; Fabio Castro Cruz, redactor jefe de France Press International y jefe de relaciones públicas de Plaza & Janés; Conrado Zuluaga, analista literario y Juan Ignacio Fraile Gil, gerente de Plaza & Janés. Las obras fueron distribuidas al azar lo cual significó que, al final de las evaluaciones, el promedio de lectura por parte de cada miembro del jurado fuera de 43 novelas. Con un mecanismo profesional, el jurado llegó, en una tercera reunión, a una votación individual de cada una de las cuarenta novelas que habian pasado por el colador inicial. La votación entonces pretendía seleccionar las diez novelas semifinalistas pero, por una de esas cosas del azar, cuatro novelas obtuvieron el mismo puntaje que las hacía merecedoras al décimo puesto en la selección. Asi fue como este año el número cabalístico (13) llegó al concurso. La cuarta y definitiva reunión para establecer la novela ganadora se realizó el 23 de abril en el Hotel Hilton de Bogotá. En esta velada las trece novelas semifinalistas sufrieron el siguiente proceso de eliminación: en la primera ronda fueron eliminadas "Angélica, un recuerdo",de Santiago América (seudónimo); "El Asesinato en la tierra del cóndor", del escritor José Cervantes Angulo "Ruth", de Carlos Bastidas, y "La última inocencia", del autor Néstor Gustavo Díaz. Luego, en la segunda ronda, fueron descartadas "La sombra de tu paso", del consagrado autor Manuel Mejía Vallejo; "Nietzche, Tarzán y el pistoletazo", obra de Rodrigo Parra Sandoval; "Un periodista en la corte del diablo", de Héctor José Caballero, y la novela "Luisa o el infierno rosado" del escritor Lino Libra (seudónimo). Después de una pausa el jurado presentó la lista de las cinco novelas finalistas y, de acuerdo a un puntaje recibido se pronunció el nombre de la ganadora: en el quinto puesto, con un puntaje de 33 quedo "Torbellino del tiempo", de Bernardo Valderrama en el cuarto, con 33.05 puntos, "Debora Kruel", del barranquillero Ramón Illian Bacca; el tercer puesto lo ocupó "Esposa o amante" (37.05 puntos) de la escritora Martha Luz Madriñán; el segundo puesto, o sea el segundo premio, fue otorgado a "Largo ha sido este día", novela que recibió una evaluación de cuarenta puntos, para así otorgarle el primer premio a la novela "Para antes del olvido" que fue calificada con 41.05 puntos.
Las novelas presentadas para este V Concurso Nacional de Novela Colombiana, Plaza & Janés, más allá de todas las cifras, de todos los puntajes de las idas y vueltas, tienen un denominador común: no se les nota casi la influencia de la obra literaria de Gabriel García Márquez. "Los novelistas actuales se proponen ser los mejores dentro de una forma que les sea propia", dijo a SEMANA Conrado Zuluaga. En otras oportunidades se percibia un cierto olor, un cierto dejo, que hacia directa referencia a nuestro Nobel de Literatura, pero ahora que esta sombra macondiana ha sido asimilada positivamente, ya sea como desafio o como ángel protector, este aroma de rosas amarillas ha palidecido bastante, lo cual significa que hay un movimiento narrativo en Colombia que se ha sacudido de su sopor para lanzarse a producir obras muy interesantes y de muy alta calidad literaria que, en últimas, le presagian a Gabo que no se quedará recluido en cien años de soledad.

PAIS PAISA
En los últimos años la narrativa antioqueña ha recuperado el modo de vivir y de sentir de sus más recientes generaciones, especialmente de aquellas que crecían a partir de los años cincuenta. Ahora, con la novela "Para antes del olvido" del antioqueño Tomás González de 37 años, la narrativa paisa recupera la memoria de aquellas generaciones pujantes que desde principios del siglo, hasta la actualidad, son un costante aporte para la vida del país. Vista de esta forma la novela ocupa, no por su fecha de publicación, sino por su tiempo narrativo, el peldaño antecesor de novelas como "Gallinazos en la baranda" de Alvaro Pineda, "Los días azules" de Fernando Vallejo, y "Tuyo es mi corazón" de Juan José Hoyos.
"Para antes del olvido", novela ganadora del V Concurso de Novela Colombiana, Plaza & Janés, mereció este concepto por parte del jurado: "Es una novela muy bien construida donde se juega acertadamente con el manejo del tiempo, en una situación pasado-presente. Además, hay en ella una investigación que obliga al lector a seguirla paso a paso. El autor sabe perfectamente su oficio, y la novela no se estanca en ningún momento, ni decae el interés que despierta". SEMANA tuvo acceso al original de la novela y transcribe enseguida apartes de la misma:

ENVIGADO 1977
Josefina, acostada en su cama, recuerda con vivacidad la remota imagen de tres sauces altos mecidos casi por la luz del sol (porque viento no había) balanceándose por siempre en aquella lejana tarde, cuando él la besó bajo su sombra. De Honda le llegaría después un poema en que se hablaba de un pomar y se mencionaban unas rosas que no hubo.

RIO MAGDALENA, BUQUE "ELOISA" 1913
Ya estaban más lejos de Puerto Berrio que de La Dorada. El día anterior Alfonso había pasado a caballo por La Quiebra en medio de la neblina, metido en un encauchado grueso, bordeando precipicios y repuliendo sonetos de amor. (...)