Que viva la música

El 12 de diciembre próximo, en el Liceo Benalcázar de Cali, se podrán ver los primeros frutos de la Orquesta Infantil y Juvenil Notas de Paz, que cuenta con el apoyo de la Fundación Scarpetta. Después de casi un año de labores, este programa ha convocado a niños de entre 7 y 15 años del Barrio Bellavista, donde se vive una situación de pobreza extrema. Son niños acostumbrados a rebuscarse en la calle, moverse entre pandillas y soportar la violencia intrafamiliar, y que ahora están encontrando en este espacio una oportunidad a través de la música.

La fundación asiste a más de 120 niños de las escuelas Francisco José de Caldas, Trinidad, La Normal y María Perlaza, al brindarles la posibilidad de dos clases individuales por semana y una sesión grupal los sábados, bajo la supervisión general de Liliana Arboleda, la directora artística del programa. A ella la apoyan 10 profesores especializados en la práctica de un instrumento específico y están trabajando en la conformación de un coro. Los niños también reciben alimentación cada vez que asisten a las sesiones.

Esta iniciativa no se quiere quedar aquí. La idea inicial de la Fundación Scarpetta es replicar el proceso en los barrios de la ladera de Siloé y Terrón Colorado, también en Cali. La oportunidad de apoyar esta generosa idea -ningún niño tiene que pagar nada- está en las manos de cualquier persona que esté dispuesta a donar 50.000 pesos mensuales. Con esta cifra se subsidia un menor y la oportunidad de asistir a sus tres clases semanales y su alimentación en las mismas sesiones. Una iniciativa que vale la pena aplaudir. Notas de Paz muestra que la música puede abrir el camino para amainar tantos problemas en la población infantil caleña.