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En "Mitos colombianos", Javier Ocampo busca las vertientes de las leyendas nacionales.

25 de julio de 1988

En el origen de toda cultura está el mito. Los mitos como construcciones imaginarias o simbólicas le dan vida a todo un acontecer psíquico del hombre. En medio de la naturaleza y bajo el cosmos infinito, el mito es ordenador y mediador de la existencia humana. El mundo de arriba y el mundo de abajo están poblados de seres fabulosos y extraños, pero también la tierra está poblada por seres elusivos, al menos para el pensamiento mítico. Referirse al mito es "adueñarse de un recuerdo", como se ha dicho. Es, ciertamente, recordar el origen y las actualizaciones de una cultura y como una cultura posee múltiples manifestaciones, entonces los mitos serán igualmente múltiples.
Sobre la pluralidad de manifestaciones míticas de nuestras culturas, Javier Ocampo López ha escrito un libro de indudable valor cultural y antropológico, "Mitos colombianos", publicado por El Ancora Editores.
La sobrevivencia del mito en Colombia muestra a nuestra sociedad rural aún muy próxima a sus raíces.Es una manera de conservar su identidad y de prolongarla en la tradición.
El autor de este libro, más que un científico del mito, es un investigador de lo vivencial que los mitos provocan. Atento al mito, ya como expresión o como mitigación de la realidad, recorre la geografía de lo imaginario con el propósito de revelar el sustrato mágico que yace en el fondo del acontecer humano. Buscar en el mito el origen de las cosas es ofrecer una forma de conocimiento que tiene incluso su valor pragmático: se conocen las cosas para poder ejercer sobre ellas un control o un dominio, o por lo menos para invocar un poder que actúa en forma benéfica para nosotros. Entonces el rito se encadena íntimamente al mito.
En las manifestaciones naturales -como lo observa el autor- cualquier cosa que se exprese en relación con lo trascendente, es algo que se hace sagrado y de tal manera puede ser venerado. Los astros, las formaciones naturales, el río, el mar, las plantas,los animales, incluso el hombre en sus relaciones "pueden ser mitificados -dice Ocampo López- en cuanto revelan una fuerza o el espíritu que les anima"; una fuerza vivificante. En la costelación mítica, las fuerzas son de diverso carácter, adquieren las formas más variadas: el libro nos las revela bajo tal pluralidad de mitos pertenecientes a las diversidad cultural del país, que resulta una visión totalizadora, como de una obra enciclopédica. Las fuerzas del origen, las benéficas y propiciadoras, las maléficas a ser conjuradas, están ahi, dentro de los mitos.
El autor aborda el pensamiento de los mitos de los indigenas colombianos. He aquí una relación sintética de ellos: el ritual del mito, el animismo, el totemismo y luego, los mitos cosmológicos, los mitos astronómicos, los de caudillos y héroes civilizados; el mito de la utopia está presente en la visión de una "tierra sin mal", que como una constante aparece en todas las culturas. También están los mitos de los demonios y los espíritus del mal, que son también universales.
Con el encuentro entre las culturas aborigen, hispánica y africana, se dio una hibridación de la sustancia mítica. De esta mezcla, los mitos fueron adquiriendo nuevas conformaciones. Es muy probable que los mitos folclóricos, en Colombia, provengan de estas síntesis. Estos mitos fueron clasificados por el autor como: mitos antropomorfos femeninos, antropomorfos masculinos, zoomorfos, de luces fantásticas, mitos que se oyen y no se ven, los espantos y también los mitos salvacionistas de nuestra contemporaneidad. Aquí están, entonces, nuestros mitos más terrestres: la madremonte, la patasola, el hojarasquin del monte, el cazador, el jinete negro, el hombre-caimán, el cura sin cabeza, el judio errante, el silvador, el gritón, el buque fantasma, que son como mitos y leyendas temibles. También están los mitos del origen como Chiminigagua, Bachué, Chía, Bochica y Furatena.
Para el autor no ha bastado la descripción del mito. El sentido de su trabajo consiste en relacionar el mito con la sociedad. Describe cuál es la función del mito en ella. Unas veces interpretando el mito a la luz de la tradición y en otras, recogiendo cuentos y leyendas que van enriqueciendo esta historia de los mitos, que es una de las formas más puras y auténticas de nuestra literatura vernacular.
"Mitos colombianos" de Javier Ocampo López, es, en suma, un trabajo serio, amplio y bien documentado y cuya segunda edición, en lo que va corrido del año, demuestra su importancia y su interés general.