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Daniel Coronell vive actualmente en Miami y es el presidente de la división de informativos de Univisión. | Foto: León Darío Peláez

LANZAMIENTO

Los secretos de un columnista

Un libro recopila las mejores columnas del periodista Daniel Coronell y las historias de algunas de sus investigaciones.

11 de junio de 2016

Cuando Daniel Coronell grabó la declaración de Yidis Medina, en la que la entonces congresista confesaba que había vendido su voto para aprobar la reelección del presidente Álvaro Uribe, se comprometió a publicarla solo si a ella le incumplían lo acordado. Por cuatro años cargó con una copia de la confesión y dejó el video original en una caja fuerte en Londres, con instrucciones para hacerlo público en caso de que a alguno de los dos les pasara algo malo.

Sabía que podía sacar a la luz uno de los casos de clientelismo más graves de los últimos años en Colombia, en el que estaba involucrada una persona que, en ese mismo momento, estaba haciendo campaña para permanecer en la Presidencia. Pero consultó el caso con dos periodistas –uno colombiano y uno extranjero– y ambos le recomendaron mantener el compromiso con la fuente. Solo hasta abril de 2008 pudo publicar la información, que derivó en la llamada ‘yidispolítica’, por la que fueron condenados a prisión los exministros Diego Palacios y Sabas Pretelt.

La anécdota hace parte de Recordar es morir, el libro (ya en librerías) en el que Coronell recopila sus mejores columnas en revista SEMANA de estos últimos diez años y cuenta las historias detrás de algunas de ellas. Se trata de 102 textos con los que, como dice en el prólogo Daniel Samper Pizano, “el impacto ya no llega en incómodas cuotas semanales, sino como un solo golpe contundente que quita la respiración”.

El libro también es un repaso a la historia reciente de Colombia, porque por la pluma del periodista han pasado algunos de los escándalos más sonados de los últimos años: las cruentas revelaciones que sacaron a la luz los abusos de los militares durante la retoma del Palacio de Justicia, la entrega de recursos del programa Agro Ingreso Seguro a familias adineradas, las chuzadas del DAS o, más recientemente, las irregularidades en la liquidación de Saludcoop.

Lo cierto es que Coronell ha forjado un estilo único. Decidió hacer denuncias e investigaciones periodísticas en un espacio que generalmente se utiliza para opinar y hoy es uno de los columnistas más leídos del país. Comenzó a escribir columnas en 2005, por invitación del periódico El Nuevo Siglo. “Para entonces había un unanimismo bastante grande en los medios acerca de las cosas que hacía el gobierno y las noticias parecían páginas de opinión, entonces a mí me pareció interesante hacer el ejercicio contrario: convertir las páginas de opinión en un espacio para hacer reportería e investigación”, cuenta. Sus primeros textos tuvieron éxito y ese mismo año recibió una invitación para escribir en SEMANA.

Desde entonces prepara sus columnas con más de un mes de anticipación y casi siempre busca temas propios. Trabaja con dos personas, pues cree que el periodismo de investigación es esencialmente una labor de equipo en la que se necesitan ‘abogados del diablo’ que duden de cada prueba y cada dato. “Uno camina siempre por una línea de incertidumbre. El 95 por ciento de las veces dejo de publicar si tengo dudas. De hecho, la gente no sabe que por cada denuncia que sale hay nueve que se quedan en el tintero”.

Para Samper, esa rigurosidad convirtió a Coronell en el periodista que sus colegas más admiran. De hecho, algunas de las columnas en las que reflexiona sobre el oficio de los reporteros –que también hacen parte del libro– han sido muy compartidas en redes sociales y comentadas en los círculos periodísticos.

Claro que su trabajo también le ha traído críticas. Algunos dicen que está obsesionado con el expresidente Álvaro Uribe y el procurador Alejandro Ordóñez, pero Coronell afirma que él investiga temas y no personas. “Yo no tengo la culpa de que algunos personajes sean recurrentes en las denuncias que investigo”, dice. De hecho, cree que el objetivo de su trabajo no es tumbar presidentes o funcionarios públicos, sino buscar la verdad y entregar información completa, para que el lector se forme sus propias opiniones. Un compromiso con el que espera seguir escribiendo juiciosamente cada semana.